Sin culpables por el asesinato a Sandra Cabrera. Indignación e impotencia son los sentimientos que experimentan las compañeras de la ex líder del gremio de las meretriceses al conocer la noticia del sobreseimiento del único imputado por su asesinato.

“En la Policía hay una mafia muy grande –asevera la delegada de la filial Rosario de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (Ammar), Claudia Lucero, a Rosario3.com– y la Justicia actuó como si las pruebas no hubiesen existido, porque hubo gente que le contó al juez que vio al policía con Sandra la noche del crimen”.

Lucero se refirió así al fallo del juez de Instrucción de la 10ª Nominación, Alfredo Ivaldi Artacho, quien dictó este jueves el sobreseimiento de Diego Víctor Parvluczyk en la causa en la que se investigó el asesinato de Sandra Laura Cabrera –ocurrido el 27 de enero de 2004– y en la que se encontraba imputado del delito de homicidio agravado por alevosía.

En su resolución, el magistrado hace mención al pedido de sobreseimiento de la defensa del imputado, a la que adhiere el fiscal de la causa, Ismael Manfrín, teniendo en cuenta que a pesar de la profusa investigación llevada a cabo, no se ha logrado documentar prueba de cargo de entidad suficiente para confirmar la hipótesis de participación penal que permita revocar el auto de falta de mérito dictado.

Sandra Cabrera, era la titular del gremio que nuclea a las trabajadoras sexuales cuando apareció asesinada el 27 de enero de 2004, a cuatro días de haber presentado una gravísima denuncia en Tribunales por extorsión contra policías rosarinos.

La mataron de un disparo en la nuca frente a una casa de Iriondo al 600, a media cuadra del Patio de la Madera y a dos de donde vivía. Una transeúnte la encontró con un balazo en el cráneo y con los pantalones bajos, a mitad de las piernas. Había un envoltorio de preservativo tirado a su lado. La escena sugería que había tenido un encuentro sexual antes de ser baleada.

Miedo e impunidad

“Tengo la sensación de que este caso como tantos otros va a quedar impune –dijo la abogada de Indeso Mujer, Mabel Gabarra– a pesar de que podrían haberse aportado más pruebas para determinar la culpabilidad del responsable de su asesinato”.

Gabarra y Lucero coinciden en afirmar que el miedo fue demasiado fuerte e influyó para que varias personas que tenían buena información para brindar a la Justicia y colaboraran en el hallazgo del culpable, no hablaran a tiempo.

“Cuando el juez Carlos Carbone procesó al policía sabía que había elementos para imputarlo –agregó Gabarra– pero evidentemente el cambio de juzgado no favoreció el esclarecimiento de a causa”.

En junio de 2004 el policía federal Parvluczyk fue procesado por el homicidio de Cabrera en un fallo que llevaba la firma del primer juez de Instrucción de la causa, Carlos Carbone, pero la Sala I de la Cámara Penal consideró que no había indicios suficientes para ello, y revocó el dictamen en una controvertida resolución conocida en noviembre de ese mismo año. Así, Parvluczyk quedó en libertad por falta de mérito.

Más tarde Carbone fue recusado por la defensa del policía y el expediente cambió de juzgado, recayendo en Alfredo Ivaldi Artacho. Desde entonces no se produjeron medidas decisivas para la situación de Parvluczyk. Por lo que el agente federal pidió que le dictaran el sobreseimiento definitivo. El juez se lo negó y pidió la extensión de la etapa investigativa y en ese lapso no se aportaron nuevas pruebas que lo incriminaran.

“Nosotras seguiremos exigiendo justicia para Sandra”, dijo Lucero y señaló que el próximo 24 de noviembre, Día de la No Violencia contra la mujer, desarrollarán una serie de actividades para mantener vivo el reclamo.

El juez Ivaldi Artacho aclaró por su parte, que esta resolución no cierra la investigación del hecho, la que queda en pie a los fines del material que eventualmente sobrevenga a futuro.