Mientras en Buenos Aires será obligatorio incorporar el menú light en la carta de restaurantes y bares para cuidar la salud, en Rosario aseguran que no hace falta una legislación para que eso se cumpla. La tendencia de vivir con bajas calorías se instaló en la ciudad y es más eficaz que cualquier norma.

“Nunca hubo ningún problema con respecto al menú que ofrece un restaurante. Si se avisa de antemano un plato se puede servir sin sal, desgrasado, con guarnición de verduras y sin crema”, manifestó Rodrigo Pastor, vicepresidente de la Cámara Hotelera Gastronómica.

Es así que lo mismo que establece la ley 1.906, votada en la Legislatura porteña –que “los restaurantes deberán ofrecer al público, conjunta o separadamente con la carta principal, una cartilla con un listado de diferentes comidas elaboradas con alimentos sin sal y azúcar agregadas, de bajo contenido graso”–, se cumple espontáneamente en los lugares de comidas de la ciudad.

“Aunque esa ley es algo positivo hay que tener en cuenta que la comida se transforma en chatarra con el consumo permanente; es decir, cuando es la dieta habitual y no algo que se come de tanto en tanto”, explicó Beatriz Martinelli, coordinadora de salud, de la secretaría de Salud municipal. Y añadió: “No hay que olvidar que además de diversificar la oferta, tiene que haber educación, concientización y prevención para que la gente opte por una alimentación más saludable”.

Teniendo en cuenta que el consumo de alimentos con alto contenido de grasa y sal es factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares, la norma que se implementará en Buenos Aires también establece que los comercios donde se venden alimentos sin preparar –carnicerías, verdulerías, granjas, pescaderías– coloquen una tabla con los valores proteicos de cada producto.

“Esto coincide con el código alimentario nacional que establece como necesario el rotulado de los productos con los nutrientes que tienen, con la composición de proteínas y los contenidos de sodio e hidratos de carbono”, manifestó Martinelli.

Por su parte, Rodrigo Pastor, de la Cámara Hotelera Gastronómica, señaló que “a diferencia de la ley de talles que viene a imponer lo que no se consigue, lo que dice esta norma porteña se cumple con o sin ley”.

No sólo se impuso desde hace tiempo la tendencia por comer más liviano, sino que la gente tiene más información acerca de los alimentos nutritivos. Eso, no sólo modificó los hábitos de nutrición sino también las cartas de los restaurantes.

Es el caso de la cadena rosarina de comida rápida Billy Lomito, que además de sus hamburguesas, bifes de chorizo, lomitos y papas fritas incorporó otros platos. “Desde hace bastante incluimos un menú light con milanesa de soja, queso, verdura y además ensaladas”, contó Matías, encargado del local ubicado en el shopping Alto Rosario.

“La demanda de mucha gente que elige cuidarse o que es vegetariana nos impulsó a diversificar la propuesta y tener más variantes para ofrecer”, reconoció Matías.