“El ánimo no es el mejor”, admitió Cristian Fredes, ex nadador de aguas abiertas y uno de los organizadores de la prueba, quien sin embargo explicó que los competidores de otros países ya empezaron a llegar a Rosario y por lo tanto es imposible suspender la prueba.
Sí se suspende, en cambio, la competencia previa al Maratón Internacional del domingo, denominada Vuelta a la Rambla, reservada para nadadores locales federados, masters y libres, “en adhesión al dolor de toda la familia de la natación por la tragedia sucedida durante la competencia Encarnación-Posadas”.
Fredes, en diálogo con el programa Radiópolis, de Radio 2, consideró que hubo al menos “negligencia” en la planificación del recorrido de la competencia en Misiones, donde el factor desencadenante de la tragedia fue la presencia de una barcaza sojera de gran magnitud que se convirtió en una trampa mortal para muchos nadadores por el efecto succión que producía esa mole en medio de la corriente. En cambio, consideró que en Rosario están dadas todas las condiciones de seguridad y dijo que Prefectura pone mucho celo en que se cumplan todos los requisitos para reducir al mínimo el nivel de riesgo, que, aclaró, el nadador de este tipo de competencias sabe que siempre está.
“Esto depende de la responsabilidad de las instituciones que organizan. La gente que participa en Rosario se puede quedar súper tranquila. Después, hasta un nadador profesional se puede descomponer. Y si quien acompaña no está atento, se hunde medio metro en el río y ya no lo ves más”, agregó.
Al referirse a lo que pasó en Misiones, Fredes adhirió a una figura que le propuso Daniel Amoroso: la presencia de la barcaza sojera fue como si en una maratón terrestre, con el tránsito cortado, de golpe aparece un camión de frente a los competidores.
“No reconoce antecedentes en el mundo una cosa así”, afirmó el ex nadador.
Además, si bien destacó la tradición de la prueba Encarnación-Misiones, apuntó contra otras competencias organizadas por instituciones que para él no son competentes y mencionó particularmente una que se realiza en Baradero, en la que “1.500 personas pagan 200 pesos de inscricpión, no cuenta con fiscalización de ninguna federación de natación y en los últimos dos años hubo dos muertos”.
Puesto en la situación de lo que sufrieron los nadadores en Misiones, se mostró conmovido: “Me estremezco de pensar una situación así: se apaga la luz y arrastrarse debajo del agua con la barcaza arriba sin poder salir, es imposible de imaginar”.