El juez Correccional de la 3ª Nominación, Horacio Benvenuto, decidió este martes archivar la actuaciones realizadas por la denuncia del concejal Jorge Boasso contra su par Daniel Peressotti, a quien acusó de haber amenazado de muerte.

Para el magistrado, si bien se pudo comprobar la existencia de una pelea entre ambos (Boasso afirmó que el farmacéutico le dijo que lo iba a “cortar en pedacitos y que iba a conocer la 9 milímetros”, y Peressotti lo desmintió), “no existe prueba objetiva alguna que permita dar credibilidad a una versión sobre otra”, detalla el fallo.

El cruce verbal ocurrió en la reunión de la Comisión de Salud del Concejo Municipal y la denuncia fue radicada por el edil radical el 22 de mayo de este año. En su descarga, Boasso detalló una lista de testigos que escucharon la amenaza, entre ellos otros dos concejales, Alfredo Curi (PPS) y Osvaldo Miatello (PJ).

En el expediente, ambos dicen haber escuchado los dichos del farmacéutico. Curi señala que Peresotti le dijo a Boasso “te voy a flirtear, te voy a hacer pedacitos”, “el lunes no venís” y “yo tengo una nueve milímetros”, y advirtió que la tensión entre ambos venía de otras sesiones.

Por su parte, Miatello, ex compañero de bancada de Peresotti (llegaron al Concejo en la misma lista del Frente para la Victoria) también declaró haber escuchado las amenazas, entre ellas, “te voy a cortar en pedacitos”.

Una tercera testigo ratificó haber escuchado esos dichos, pero el juez Benvenuto también menciona en su fallo a los testigos que dijeron no haber advertido las declaraciones por el “bullicio” que había en la comisión y otros que negaron las amenazas. Es el caso de Andrea Chaile, asesora de Peressotti, quien aseguró que Boasso provocó al edil haciendo gestos de reprovación cuando éste defendía su postura en la comisión y dijo: “Qué manera de escuchar pelotudeces de este cornudo”.

Ante el cruce de versiones y la ausencia de elementos objetivos (grabaciones de audio o video) el juez decidió no dar curso a la denuncia. Además, Benvenuto menciona que para que las amenazas “adquieran relevancia penalmente típica” deben ser “serias y concretas, no revistiendo de tal carácter las proferidas durante una discusión o altercado verbal”. Por eso, y porque Boasso demostró no temer por su integridad física al rechazar el ofrecimiento de custodia policial, califica al cruce como “meros excesos verbales” y archivó la causa.