El agua de lluvia recogida en contenedores es potable y no tiene ningún impacto sobre la salud de los humanos, según un estudio realizado en Australia.

Los autores del estudio distribuyeron filtros para evitar la entrada de cualquier tipo de parásito capaz de causar gastroenteritis, pero la mitad de los dispositivos resultó ser completamente inútil en ese sentido.

A lo largo de doce meses, los casos de gastroenteritis registrados entre los habitantes de los 300 domicilios analizados fueron similar a los del resto de la comunidad, que consumió agua del grifo tratada.

Tampoco se registró diferencia alguna entre los habitantes de las casas que contaban con un filtro funcional y el resto.

Fuente: EFE