Desde hace unos días se confirmó lo que muchos auguraban: la publicidad no deseada llegó a la telefonía celular, a través de los mensajes de texto. Aún en Rosario, no son pocos los que recibieron un spam proveniente de alguna empresa interesada en venderle algo por el que el dueño del teléfono nunca ni siquiera se interesó.

“Financiamos tu PC hasta 36 cuotas de 68 pesos por mes”, reza una de las frases que anda dando vueltas por la red, que tiene origen en un número celular de Buenos Aires (prefijo 011) y que ofrece llamar a un 0-800 para conocer más detalles de la “oferta”.

Según publicó este lunes el matutino La Nación, para fin de año se calcula que en la Argentina habrá unos 30 millones de celulares, mientras que el spam es una tendencia creciente.

Mientras los usuarios se quejan, las empresas y las operadoras celulares observan en forma detallada el fenómeno, que puede convertirse en una herramienta excelente de marketing y en una nueva forma de generar ingresos.

Pero existe una diferencia entre los mensajes de textos y el telemarketing: mientras la telefonía celular accede a las bases de datos que están en poder de las operadoras, las ventas telefónicas acuden a los números que están en la guía.

"Las operadoras celulares tienen estricto control de sus redes y cobran peaje por todo lo que circula por ellas, además de que las bases de datos con los números telefónicos son restringidas. Es decir, tienen el poder de controlar ese fenómeno", explicó un analista del sector, Enrique Carrier.

Asimismo, existe otra diferencia que frena la publicidad por celular. Mientras el envío de spam por Internet es gratis, para circular por las redes celulares alguien tiene que pagar.