Tantas fotos del romance, tantas declaraciones públicas de amor, tantas propuestas de matrimonio en la Torre Eiffel, tanto desfile ante las cámaras de la panza en su último trimestre para que, al final, no haya ni una sola imagen de la bebé. El tema es así: ante la falta de evidencia, algunas revistas norteamericanas comenzaron a dudar de la existencia de Suri, la hija de Tom Cruise y Katie Holmes que "supuestamente" nació el 18 de abril.

Aunque descabellada, la hipótesis ya comenzó a sumar adeptos, en especial los que asumieron desde el arranque que la pareja siempre fue un fiasco y los que adoran a Nicole Kidman, la ex de Tom. Es que la pareja iba a seguir la misma táctica de otros flamantes padres, Angelina Jolie y Brad Pitt: iban a vender las fotos al mejor postor para después donar la plata a alguna organización benéfica (seguramente vinculada a la Cienciología, religión de la que Cruise es fiel adepto). Pero no, a último momento se canceló el trato.

Encima, aunque Cruise apareció en algunas premieres de su última película, Misión imposible 3, a Katie no se la vio por ninguna parte. Entonces surgieron dos hipótesis: la mala era que había sido secuestrada por Cruise y sus cienciólogos amigos, la buena era que... estaba embarazada por segunda vez. Para dar por tierra con las hipótesis, la actriz apareció de la nada en un pueblo de Colorado, en donde supuestamente está pasado unos días con su pareja e hija, demostró que no está secuestrada y negó estar en la dulce espera.

Por lo pronto, mientras se devela el misterio de si existe o no Suri Cruise, en el web site de US Weekly Magazine hay un contador de "días, minutos y segundos" registrados desde el nacimiento de Suri. Cronómetro que se detendrá, avisan, cuando alguien tenga la foto del millón de dólares. Que después no se quejen de los paparazzi.