Fernando, un profesor de música cuadripléjico que recibía atención en el policlínico Pami II, se quedó sin el tratamiento que recibía por una enfermedad renal. Su mujer denunció este miércoles en Radio 2 que las autoridades de la obra social de los jubilados le dijeron que no recibiría más la atención domiciliaria porque “el paciente gastaba mucho”. Luego llegó la promesa de una solución.

Olga, la esposa de Fernando, contó que en el Pami le pidieron que el tratamiento siga en la guardia del policlínico todos los días cada seis horas, una tarea incómoda y complicada para la familia del hombre con problemas de movilidad.

Según denunció la mujer, la suspensión del tratamiento le fue anunciada en junio pasado y desde esa fecha le entregan unas sondas “pero no las que él necesita”.

“La sonda va acompañada por calmantes, gasas, guantes y otros medicamentos”, detalló Olga en diálogo con el programa La primera de la tarde.

“Con los 1.800 pesos de jubilación que gana mi esposo estoy comprando todo para el tratamiento además de vivir y pagar otros medicamentos”, dijo la mujer.

Más tarde, desde la dirección ejecutiva del Pami le comunicaron a Rosario3.com que iban a ponerse en contacto con la familia del damnificado para intentar solucionar el problema.