Las autoridades tailandesas de aviación civil apuntan a un error del piloto como la causa del accidente aéreo del pasado domingo en el que murieron 89 personas, que están siendo identificadas por los forenses.

Cuando todavía no han sido examinados los datos que contienen las dos cajas negras, la investigación de los expertos se centra hasta ahora en las decisiones que el piloto adoptó durante la maniobra de aterrizaje y sus comunicaciones con la torre de control del aeropuerto de Phuket, en el que el avión se estrelló tras deslizarse por la pista.

El director general del departamento de Transporte Aéreo tailandés, Chaisak Angsuwan, confirmó que antes del aterrizaje el piloto fue advertido por los controladores de la presencia de rachas de viento de dirección cambiante que podían desestabilizar el aparato, pero que aún así decidió aterrizar.

"Aterrizando" fue la última palabra que dijo el piloto del avión de la compañía tailandesa de bajo coste "One Two Go", según señaló Angsuwan a la prensa tras el examen de las grabaciones de las conversaciones entre el capitán y la torre de control.

"Ocurrió todo muy rápido. Sólo unos minutos después de que el piloto hablara con los controladores de tráfico, el avión se estrelló al desequilibrarse y el fuselaje se ladeo hacia la derecha", explicó el jefe del departamento de Transporte Aéreo en rueda de prensa.

El piloto, de nacionalidad indonesia, falleció tras el aterrizaje de la aeronave, que quedó partida en tres tras estrellarse contra un conjunto de árboles y muros, e incendiarse después de que se produjeran varias explosiones.

También una combinación del factor humano y rachas de viento, es vista por la dirección de la aerolínea Orient Thai Airline, propietaria de "One Two Go", como una de las causas más probables del accidente.

Por su parte, el ministro tailandés de Transportes, Theera Haocharoen, insistió en que el resultado definitivo de la investigación depende del análisis de las cajas negra del avión, que han sido enviadas a Estados Unidos para ser examinadas por expertos, quienes se espera ofrecerán sus conclusiones en una semana.

En el avión, un McDonnell Douglas MD-82, y uno los siete de la flota de "One To Go", viajaban 123 pasajeros y siete tripulantes, que habían partido desde Bangkok con destino a la paradisíaca isla de Phuket, a unos 700 kilómetros al suroeste de la capital.

El Departamento de Meteorología tailandés confirmó en un comunicado que el pasado domingo la provincia de Phuket estuvo afectada por fuertes rachas de viento, y que cada media hora informó a la torre de control del aeropuerto de los cambios en la dirección del viento.

Entretanto, la Policía forense tailandesa indicó que hasta hoy habían sido identificados 53 cadáveres del accidente, entre ellos 21 de extranjeros.

El jefe en funciones de la Policía, general Seripisuth Temiyavej, señaló que la identificación de las víctimas mortales casi totalmente calcinadas se llevará a cabo mediante pruebas de ADN y el examen de las piezas dentales.

El Gobierno, encabezado por el primer ministro interino, general Surayud Chulanont, se reunió hoy para decidir las ayudas económicas que percibirán las familias de los fallecidos y los heridos en el accidente.

Entre los muertos y desaparecidos figuran turistas de Australia, Alemania, Estados Unidos, Francia, Irlanda, Irán, Israel, Reino Unido y Suecia.

Los analistas económicos estiman que el accidente tendrá un impacto negativo en las compañías asiáticas de bajo coste, que podrían experimentar una caída de pasajeros de en torno al 20 por ciento.