“Un club de jóvenes corazones rosarinos”. Así definió la secretaria de Cultura municipal, Chiqui González al curioso programa Ceroveinticinco, destinado a la población infantil y juvenil rosarina. “Nace como un programa inspirado en nuestros hijos”, aseguró la funcionaria.

No extraña la presentación del proyecto en una ciudad en la que la última y actual administración socialista se preocupó por hacer hincapié en la infancia y juventud (hay tres botones de muestra: el Jardín de los Niños, la Granja de la Infancia y la Isla de los Inventos). Pero sí es llamativa la propuesta.

“Es un programa muy ambicioso, no se trata de una simple credencial”, aclaró Chiqui, quien explicó que “la tarjeta los hace a los más chicos miembros del club, les da pertenencia. Pero hay una parte simbólica importante”.

El programa consta de cinco patas. Un sistema de adhesión (a una comunidad de iguales), otro de formación (posibilidad de realizar talleres, cursos, capacitación), de acceso a bienes culturales (habrá descuentos en propuestas públicas y privadas), de espacios juveniles (chance de que los artistas jóvenes tengan un lugar en donde expresar su arte) y también un sistema de voluntariado (programas para desarrollar la solidaridad entre jóvenes).

Vale decir, la credencial va a servir para descuentos en cines, espectáculos, recitales, muestras y muchas otras actividades culturales. Pero también servirá para que jóvenes artistas puedan tener “de prestado” espacios en donde exponer sus cuadros o tocar sus canciones. Servirá para acceder con descuento o privilegio a talleres o concursos organizados por el estado o privados. Además, será excusa para formar grupos voluntarios de jóvenes que puedan hacer su aporte a la infancia. Por último, también servirá para poner en contacto a esta comunidad joven rosarina.

La presentación formal del programa Ceroveinticinco será el próximo martes, a las 19, en el Auditorio Fundación Astengo, marco en el cual se ofrecerá el espectáculo "Fulanos", de la Compañía de la Arena de Buenos Aires, dirigida por Gerardo Hochman (acrobacia, circo, magia), una metáfora sobre la juventud en las ciudades.

“Primero quisimos sistematizar nuestra propia oferta para luego invitar a ONG y privados a que se sumen como socios”, aclaró Chiqui. “No hay donaciones en dinero ni objetos, no es asistencia, es un programa cultural y social”, detalló. En semanas siguientes al acto buscarán cerrar acuerdos con diferentes empresas y empresarios, para conseguir lo que no tiene el estado. “Para así completar la oferta”, explicó la funcionaria.

Los interesados en ser beneficiarios o, mejor dicho, “socios” del club deberán esperar: la inscripción se abrirá recién en marzo. En ese mes se lanzará un sistema de adhesión a través de una página web exclusiva del programa, pero también en centros de distrito y otros espacios municipales.

“Los límites son tiempo espacio o energía. Vale decir, existirán tantos lugares en el cine con descuento, un artista podrá dejar tanto tiempo sus cuadros en exposición, y por supuesto toda persona se involucrará según sus ganas”, resumió Chiqui.