Tarotistas y adivinos de la provincia reclaman una modificación del Código de Faltas. Es que quienes desarrollan estas prácticas son perseguidos por “explotación de la credulidad pública”.

 

En declaraciones a Radio 2, Alejandra, de 41 años, que ejerce el tarot junguiano desde hace cinco, manifestó su desacuerdo con lo que establece el Código de Faltas. “No engañamos a nadie, la gente viene a consultar sin que nadie la obligue a hacerlo y tampoco somos estafadores. De acuerdo al problema que presenten las personas que llegan a nuestro consultorio, los remitimos a un profesional de la salud o a un psicólogo”, explicó Alejandra.

 

Según el artículo 81 –antes 76– del Código de Faltas se llama explotación de la credulidad pública a las personas que “habitualmente y con ánimo de lucro explotare la credulidad pública o la fe religiosa interpretando sueños, adivinando el futuro, formulando profecías o predicciones o pretendiendo en cualquier forma la posesión de un poder sobrenatural”.

 

Por último, la legislación establece que “siempre que el hecho no constituya delito será reprimido con arresto hasta treinta días o multa”.

 

En este sentido, Alejandra señaló que “en Santa Fe las tarotistas son tan perseguidas como las prostitutas”. “Son todos artículos que datan de largos años y que a esta altura deberían estar derogados”, dijo la tarotista a Radio 2.

 

Por su parte, Alejandra contó que no ha tenido persecución policial por las prácticas que desarrolla pero sí remarcó que en la escuela de su hijo fue discriminada. “Concurre a un establecimiento religioso y en más de una oportunidad me pidió que no hable de mi trabajo por temor a que lo dejen de lado, cosa que ha pasado en más de una oportunidad”, contó la tarotista.

 

Por último, Alejandra añadió que no hace adivinación y que su función no intenta hacer la lectura del futuro. “Vienen a consultarme personas que tienen principalmente problemas afectivos y del corazón a las que uno intenta contener y apuntalar con un trabajo interno”, concluyó la tarotista