Mal de muchos. El problema de la inseguridad que sufren los taxistas rosarinos no es exclusivo de la ciudad. Choferes de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza, coinciden en la falta de respuestas que existen contra la violencia en los asaltos.

Con algunas variantes, en las grandes ciudades se vienen implementando desde hace varios años distintos métodos para proteger la vida y la integridad de los conductores de taxis, pero todos coinciden en que la solución de fondo más que con procedimientos de control de la delincuencia, se relaciona con políticas de inclusión que terminen con el desempleo y la marginalidad.

Córdoba: controles móviles

“Nosotros sabemos que la seguridad total es imposible de conseguir –afirma el secretario general del Sindicato de Conductores de Taxis de Córdoba, José Gigena, a Rosario3.com–, pero aún así hay que hacer algo para que el hecho de salir a trabajar todos los días, no ponga en riesgo nuestras vidas”.

En la ciudad mediterránea, se puso en marcha hace dos meses un plan de controles móviles en el que colaboran policía y personal municipal y hasta ahora, según los taxistas, “está dando buen resultado”. Asimismo, el Ejecutivo municipal de Córdoba comenzó a realizar una prueba piloto en el transporte urbano de pasajeros, consistente en la implementaciónun sistema satelital similar al que usa la policía de esa provincia, que permita el seguimiento y localización permanente de los vehículos.

Buenos Aires pide autos exclusivos

En tanto, en la ciudad de Buenos Aires, la postura del gremio es la de exigir a las autoridades un trabajo de prevención, para bajar el nivel de riesgo, y no sólo para ubicar a los vehículos públicos en caso de que sus conductores hayan sufrido una agresión.

“En la ciudad existen puntos de control policial en los lugares más conflictivos y más peligrosos –describe José Ibarra, secretario general del Sindicato de Conductores de Taxis de Capital Federal– además del sistema GPS que instalaton hace varios años las empresas de radiotaxis y las compañías aseguradoras, pero nada garantiza que el taxista vuelva todos los días sano y salvo a su casa”.

Ese gremio evalúa que otros métodos alternativos usados para brindar seguridad, como las cámaras de televisión o el botón de pánico, provocan reacciones más violentas por parte de los delincuentes que al saberse controlados, suben y atacan directamente al chofer, sin darle chance de accionar nada.

En relación con el blíndex –vidrio divisorio entre el habitáculo del conductor y el asiento del pasajero– todas las fuentes consultadas por este medio opinan que no resulta cómodo, ya que ningún vehículo cuenta con el espacio suficiente como para instalarlo, sin perjudicar el trabajo del chofer y la comodidad del pasajero.

“En realidad, tendríamos que contar con autos desarrollados por las automotrices, para uso exclusivo como taxis”, asegura Ibarra, y cita como ejemplo a seguir lo que ocurre en Londres o en otras ciudades avanzadas del mundo, donde existe una empresa que se dedica a fabricar autos que reúnen las condiciones necesarias de comodidad y seguridad del taxista y sus pasajeros.

Mendoza, sumar cámaras al GPS

En la ciudad de Mendoza, el sistema GPS se instaló en los autos de alquiler hace cinco años y el gremio de los taxistas cree que aún no puede decirse que haya solucionado el problema de la inseguridad.

“La tecnología es útil como elemento disuasivo y paliativo frente a la inseguridad pero no podemos aseverar que sea la panacea a la violencia y a la delincuencia que vivimos”, admite el titular de la Asociación de Propietarios de Taxis, Osvaldo Maniscalco.

Para el representante gremial de los taxistas mendocinos, los asaltos y robos cotidianos a los choferes constituyen un problema social que debe abordarse a través de políticas de gobierno que garanticen trabajo para todos. “Eso –afirma Maniscalco–, no lo consigue una cámara, ni un sistema de seguimiento satelital”.