La secretaria de Servicios Públicos municipal, Clara García, aclaró que la intención de la administración Lifschitz es intentar forzar un aumento de los subsidios nacionales al transporte para evitar una suba del boleto, pero, sabedora de que esa alternativa es ya casi una quimera, puso sobre la mesa la realidad de otras ciudades que viven la misma realidad que Rosario: en La Plata, Córdoba y Mar del Plata tuvieron que llevar la tarifa del transporte urbano de pasajeros a entre 1,05 y 1,20 peso para poder hacer frente a los costos del sistema. La funcionaria dijo además que a partir del fallo judicial que desobliga a los titulares de taxis a poner los coches en la calle un mínimo de 16 horas diarias la posibilidad de otorgar nuevas licencias es una alternativa que la Municipalidad estudia con seriedad.

García, en declaraciones al programa de Ignacio Suriani en Radio 2, recordó que en el último año y medio no hubo aumentos en el subsidio en el transporte para el interior, mientras que en la ciudad de Buenos aires prácticamente se duplicaron. A esto se suma el recorte de los fondos que se envían para el gasoil de los coches. Esto hizo que, dijo la funcionaria, un colectivo del interior reciba alrededor de 5 veces menos subsidio que uno de Buenos Aires.

La secretaria de Servicios Públicos explicó que ante esta situación –que incluye un notorio aumento de los costos de sostenimiento de los coches y también de los sueldos de los choferes– Córodba, La Plata y Mar del Plata aumentaron la trifa, que el boleto de Rosario es "el más bajo del país" y que a la Municipalidad le gustaría mantener esa condición, aunque se complica.  

¿Qué se hará entonces? La estrategia oficial –a la que se sumarían ahora también los empresarios– es insistir con el pedido de mayores subsidios. Pero hace meses que los funcionarios de Rosario y de otras ciudades del interior golpean las puertas de los despachos nacionales sin obtener respuestas.