El tesorero de San Lorenzo, Pascual Paladino, amenazó durante el entretiempo al árbitro del encuentro con Banfield, Federico Beligoy, y debieron intervenir el presidente de la institución, Rafael Savino, y las fuerzas policiales para que el juez continuara dirigiendo el encuentro.

"Nos estás cargando de amarillas. Dirigí bien, porque sino de acá no salís vivo", fueron las amenazas vertidas por Paladino a Beligoy, según le indicaron fuentes sanlorencistas.

Inmediatamente finalizado el partido Beligoy se dirigió a la comisaría 34ª, con jurisdicción en la zona, y radicó la correspondiente denuncia contra Paladino por "amenazas de muerte e intento de agresión".

Al cabo del primer tiempo Beligoy había amonestado a cuatro futbolistas locales y expulsado al volante Diego Rivero.

Después de las amenazas proferidas por Paladino el árbitro les solicitó a las fuerzas policiales las garantías pertinentes para salir a controlar el segundo tiempo, lo que provocó la intervención de Savino, quien tranquilizó a Beligoy y también le dio las seguridades que requería.

Este hecho retrotrae a uno similar ocurrido el año anterior en el Estadio Ciudad de La Plata, donde el árbitro Daniel Giménez fue amenazado de muerte por el presidente de Gimnasia y Esgrima La Plata, Juan José Muñoz, durante el entretiempo de un partido con Boca Juniors.

Justamente las amenazas de Muñoz apuntaban a la cantidad de amonestados que tenía su equipo en ese momento.

Pero Giménez resolvió suspender el encuentro, que volvió a jugarse meses después: Boca ganó 4 a 1 (al momento de su interrupción perdía 1-0) y varios jugadores de Gimnasia se fueron del club porque antes de disputar ese segundo tiempo fueron "apretados" por barrabravas de su club "para perder", ya que una
victoria iba a facilitarle a Estudiantes el acceso al título.

Esos sucesos ocurridos en el torneo Apertura pasado, que finalmente ganó Estudiantes, se repitieron ahora en los vestuarios del Nuevo Gasómetro, donde finalmente San Lorenzo se impuso por 2 a 1 y es el único puntero del Clausura, justo en un momento tan sensible de la lucha por erradicar a los violentos (de todo tipo) de los estadios.

También durante ese fatal descanso entre el primer y segundo período una fiscal le labró un acta contravencional al volante de Banfield José Chatruc, quien mientras realizaba movimientos precompetitivos en un costado del campo de juego (fue suplente) recibió insultos de los plateístas locales (fue jugador de San Lorenzo) y los respondió con gestos aparentemente obscenos.