La 22ª jornada del juicio a la banda Los Monos fue la última de este año, ya que en febrero próximo se retomará primero con algunas jornadas dedicadas a testigos que no pudieron presentarse hasta el momento o no fueron ubicados en el marco de la asociación ilícita, y luego se abordarán cinco homicidios dolosos. Por la sala del segundo piso del Centro de Justicia Penal, este jueves desfilaron 13 testigos y 6 imputados hicieron uso de la palabra. Los nombres de Esteban Alvarado y Luis Medina, personas vinculadas a la venta de droga en la zona norte de Rosario, fueron el eje de la audiencia de este jueves.

Tras la presentación de una ex agente de Delitos Complejos, Gustavo “Gula” Pereyra, imputado en la causa, hizo uso de la palabra y tuvo un careo con la testigo, quien afirmó que no investigaban por aquel entonces el narcotráfico. El comisario la contradijo y luego expuso ante el tribunal, donde habló de supuesta connivencia entre la ex División Judiciales, el gobierno provincial anterior y dos narcos de la zona norte de la ciudad. Aseguró que un sector de la fuerza de seguridad “recaudaba” dinero para el Ejecutivo a través de allanamientos e investigaciones.

El testigo que llamó la atención por su relato fue Emiliano C., un policía que trabajó en la ex Drogas Peligrosas, en la sección de inteligencia. Tuvo a su cargo la investigación por narcotráfico de Luis Medina, narco asesinado hace casi 4 años en el acceso sur y Ayolas. Afirmó que fue desplazado de su cargo por la ex secretaria de Delitos Complejos Ana Viglione cuando se negó a detenerlo en enero de 2013 porque sostenía que “faltaban cuestiones” para que no pudiera recuperar su libertad fácilmente.

“Me pidió cerrar la investigación y pedir órdenes de allanamiento. Dije que faltaban cuestiones, que quizás lo deteníamos, pero no iba a estar mucho tiempo detenido, que era una red compleja. Tuvimos un entredicho. Me dio a entender que había que dar una salida mediática para tranquilizar a la sociedad por lo que venía pasando con el narcotráfico. Le dije que si las cuestiones se manejaban de esa manera, que me sacaran. Y me sacaron. No sé si se siguió esa causa. Me quisieron inventar una investigación administrativa. Tengo 11 años en la policía, tendría que subir de jerarquía y sigo con la primera. Tuve 3 reconocimientos por investigaciones y procedimientos. Estuve después dos años a la espera de destino. Ahora estoy en el destacamento de La Siberia”, relató.

Emiliano C. advirtió que al ser desplazado de la ex Drogas Peligrosas “desapareció” el expediente de la investigación a Medina y quisieron (no mencionó nombres) culparlo a él. “La había hecho yo a la investigación. Me metía preso solo. Hice la denuncia por esa desaparición. Entiendo que después la tomó al Policía de Seguridad Aeroportuaria”, comentó.

El testigo, que despertó inquietud entre los presentes, también agregó que tras ser echado de esa repartición balearon el camión de su padre sin motivo alguno y entraron a robar en su casa en un confuso episodio. “Me llamaron 9 o 10 de la noche de un sábado de una comisaría de Álvarez donde prestaba servicio un día donde estaba de franco. Salgo y a la hora me llama mi sobrino, que habían violentado la puerta y habían robado. Sólo se metieron en mi pieza. Se llevaron un televisor, mi computadora y mi arma reglamentaria que estaba en el placard. Sospeché en ese momento de gente que trabajaba conmigo en la sección Inteligencia, un tal Duende Fernández. Era el único que conocía mi casa. Tenía contactos con Medina”, señaló.

El arma que quisieron plantar y el conocido carnicero

Haydee C., madre del imputado Mariano Salomón, fue una de las testigos que se presentó en el Centro de Justicia Penal. Afirmó que su hijo se dedicaba únicamente a la comercialización de vehículos y se quejó por la presentación que hicieron la ministra de Seguridad Patricia Bullrich y los medios de comunicación como si fuera un “sicario”.

La mujer manifestó que en el allanamiento que hicieron en junio de 2013 en la casa de Salomón, ubicada en Santiago al 5100, la ex Brigada Operativa de la División Judiciales intentó ingresar por la fuerza para buscar a una persona que no era su hijo. Además, agregó que el ex subjefe de esa repartición, Luis Quebertoque, quiso “en todo momento dejar un arma en el extractor de la cocina y en una mesita de luz”.

“A Luis Paz lo conozco de toda la vida, éramos vecinos de barrio Parque. Para mí siempre fue carnicero, no lo conozco como empresario. Lo denuncié en noviembre de 2013 cuando le dijo al cuñado y suegro (de Salomón) que lo quería matar (a su hijo). No tuvo procedencia. En esos tiempos lo que decía (el juez Juan Carlos) Vienna era palabra santa. Tenía testigos. Archivaron la causa. Le dije en la cara a Vienna que era un corrupto; presenté escritos para que me dijeran por qué lo querían meter en esta causa y nunca me atendió”, contó.

“Vienna ahora es millonario y (la ex jueza, Alejandra) Rodenas es diputada”, mencionó al expresar que los magistrados supuestamente utilizaron la causa 913/12 para beneficiarse.