The New York Times denunció que recibió presiones del gobierno norteamericano para no publicar la noticia del programa de espionaje financiero implementado en secreto por la administración del presidente George W. Bush, quien se manifestó "preocupado" por la decisión del diario de difundir hoy la nota. Horas antes de difundirse la información, un alto funcionario estadounidense confirmó anoche que el gobierno tuvo acceso a cuentas y transacciones internacionales de miles de personas y bancos de todo el mundo bajo un programa secreto en el marco de la lucha contra la financiación del terrorismo internacional. Sin embargo, este funcionario, el subsecretario del Tesoro para asuntos de inteligencia financiera y terrorismo, Stuart Levey, afirmó que sólo se investigó a personas sospechosas de tener nexos con Al Qaeda y rechazó las opiniones recogidas por el diario de que el programa puede violar las leyes y la privacidad. En el mismo extenso artículo en que reveló el polémico programa, el periódico neoyorquino aseguró que "funcionarios del gobierno pidieron a The New York Times" no publicar la nota sobre el sistema, por considerar que "podría poner en riesgo su efectividad". Pero el jefe de redacción del diario, Bill Keller, escribió al gobierno que el Times, tras evaluar "respetuosa y seriamente" sus argumentos, se mantuvo "convencido de que este extraordinario acceso a información (...), por más cuidadosamente que esté dirigido su uso, es un asunto de interés público". El periódico aseguró que Levey resolvió revelar anoche la existencia del programa en una entrevista televisiva luego de que los editores le comunicaran la decisión del diario. The New York Times señaló que una de las voceras de la Casa Blanca dijo anoche que el presidente Bush estaba "preocupado" por la decisión del diario, que también reveló, en diciembre del año pasado, un no menos polémico programa secreto de espionaje de llamadas telefónicas. "El presidente está preocupado porque otra vez The New York Times haya elegido exponer públicamente un programa secreto destinado a proteger a nuestros ciudadanos", dijo la secretaria adjunta de Prensa de la Casa Blanca, Dana Perino. El diario señaló también que, aunque mantenida en estricto secreto, la implementación del programa, semanas después de los atentados del 11 de setiembre de 2001, fue informada de manera clasificada a varios miembros del Congreso. "Más parlamentarios fueron puestos al tanto en las últimas semanas, luego de que la administración se enteró de que estaba haciendo averiguaciones para este artículo", escribió el periódico neoyorquino. El diario dijo también que el acceso a tal cantidad de datos confidenciales "generó preocupaciones dentro de la administración sobre cuestiones legales y de privacidad". "La capacidad de esto es asombrosa o, dependiendo del punto de vista, problemática, pues el potencial de abusos es enorme", dijo un ex funcionario del contraterrorismo citado por el diario, pese a que consideró "valioso" el programa de espionaje. El periódico añadió que numerosos ex funcionarios y ejecutivos consultados sobre el sistema expresaron sus reservas "sobre un programa inicialmente concebido como una medida urgente y temporal, pero que se tornó permanente casi cinco años después sin aprobación formal del Congreso ni autorización formal".