El Newell’s de los últimos tiempos no sabe de matices. Pasó de la convocatoria de acreedores a las contrataciones millonarias, del mediocre tránsito por los campeonatos de AFA a la gloria de una nueva vuelta olímpica, de dos entrenadores multicampeones como Héctor Veira y Américo Gallego a los ignotos Arsenio Ribeca y Juvenal Olmos. Todo se desarrolla con vertiginosidad allá por el parque Independencia y, ac aso como una decisión política, el vértigo hace que las alegrías y las tristezas sean efímeras.

 

El torneo Apertura llegará en breve para clausurar un año sacudido por el Mundial, y en su marquesina no se anuncia a la lepra como uno de los actores llamados a animar el certamen. Con las salidas de Ariel Ortega, Ignacio Scocco y Fernando Belluschi, sólo Justo Villar, Germán Re y Ariel Zapata se mantienen en el equipo como protagonistas de aquel título logrado hace apenas dos temporadas. También Claudio Husaín se fue para dejar al plantel escaso de jerarquía y experiencia, combustibles indispensables para poner en marcha un mecanismo con pretensiones de éxito.

 

Claro que también existen datos alentadores, detalles que mueven al optimismo en la más óptima de las etapas deportivas; la previa al inicio de la competencia. Muchos jugadores jóvenes tuvieron la oportunidad de crecer rápidamente jugando Copa y campeonato en el semestre pasado y en este torneo tendrán la posibilidad de potenciar todo lo bueno que vienen insinuando.

 

Esto, sostenido por la continuidad de un cuerpo técnico responsable y trabajador, que cautivó al grupo de futbolistas con esa mezcla equilibrada de rigurosidad y actitud paternalista. Fundamental, esto último, en una plantilla profesional compuesta en un 60 por ciento por jugadores menores de 22 años.

 

El club presidido por el enigmático Eduardo López también dio un golpe de timón en la administración de sus finanzas. El titular rojinegro parece haber dejado de lado las onerosas y mediáticas adquisiciones, optando por una reparadora política de ventas, algo que manejó con su habitual estilo vertical y personalista.

 

Tal como sucede en otros deportes, este Newell’s parece pedir tiempo para crecer. Pero en nuestro inestable fútbol argentino, se sabe; los momentos se hacen eternos después de cada victoria, o se reducen peligrosamente con cada gol perdido.

 

*cronista de Radio 2 a cargo de la cobertura de Newell´s Old Boys