Nadie puede dudar de la importancia de nuestros ojos. La vista es un sentido fundamental que nos permite vivir sin barreras e impedimentos. Sin embargo, no se pone atención a ciertos trastornos oculares, que pasan desapercibidos y aunque no suelen ser graves son sin duda molestos, como ocurre en el caso del síndrome del ojo seco.

"El ojo seco se produce por un déficit de lágrima, puede deberse a que se evapore más rápidamente o a que se fabrique menos", afirma Gloria Amorena, oftalmóloga en el Hospital de la Paz de Madrid. Los afectados sufren molestias como picazón, escozor, sensación de tierra, ojos rojos o problemas para abrir los ojos por las mañanas.

Según indica Amorena, este síndrome afecta en mayor medida a las personas de edad avanzada, ya que con el envejecimiento producimos menos lágrimas. Otro grupo en el que este trastorno tiene más incidencia es el de las mujeres. "La razón son los cambios hormonales, como los de la menopausia", apunta la oftalmóloga.

La importancia del parpadeo

Al parpadear lavamos e hidratamos el ojo, por ello, este proceso está estrechamente relacionado con el síndrome del ojo seco. "Cuando estamos utilizando la vista de forma continuada, parpadeamos menos", afirma Amorena. Esto ocurre de forma habitual cuando utilizamos la computadora o  smartphone, momentos en los que nuestra atención y vista se encuentran centrados en las pantallas de los dispositivos electrónicos.

El ambiente es fundamental

Las molestias provocadas por el ojo seco, pueden tener una relación directa con el ambiente. "Es muy frecuente que las molestias aparezcan solamente o se agraven en determinados ambientes o en determinadas épocas del año en función de la humedad ambiental" indican en la información terapéutica difundida por el Minsiterio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. 

"En muchos casos influyen factores como vivir en un ambiente muy seco, el aire acondicionado, la calefacción o la polución", afirma Amorena.

Algunos consejos para evitarlo

La especialista detalla algunas recomendaciones que pueden ayudarnos a reducir los síntomas de esta patología:

- Ambientes de trabajo sin sequedad, prestando atención a la calefacción o el aire acondicionado.

- Mientras trabajemos, realizar descansos de cinco minutos para parpadear. Son descansos visuales que mantienen el ojo humedecido.

- Si el síndrome está causado por un déficit de producción de lágrimas, estos cambios no influirán tanto a la hora de reducirlo. Pero siempre podremos emplear lágrimas artificiales de manera continua para hidratar.

Además, Amorena aconseja acudir a nuestro médico. "Aunque la mayoría de casos son leves, si se trata de uno más grave habría que descartar otras causas, como que estuviese detrás de trastornos inmunitarios o enfermedades", cuenta la especialista.

Fuente: 20minutos.es