Una familia quedó varada en Ecuador luego de, según su denuncia, haber sufrido un robo de dinero y documentación al tomar un vuelo en el Aeropuerto de Fisherton. Exige poder agilizar el expediente para poder revisar cámaras de seguridad durante la supuesta manipulación de un bolso en la Dirección de Migraciones.
Cristian Kadesevich contó en Radio 2 que vivía con su mujer y una hija en Rosario y vendieron todo para dejar el país e iniciar una “misión de paz” en diferentes países del continente, ya que es “capellán y embajador de la ONU en Guayaquil”, según se presentó.
“Trabajamos en cárceles y en conflictos bélicos”, relató el hombre desde la citada ciudad ecuatoriana, donde él se encuentra desde hace dos meses y medio. Pero el inconveniente que planteó se suscitó cuando viajaron su esposa Romina y su hija Jade, el pasado 15 de abril.
“Terminamos de vender todas nuestras cosas en Argentina y mandé el poder para que mi esposa viniera con mi hija, que es menor”, narró Kadesevich, y describió una confusa situación que se habría producido al momento del trámite en Migraciones, antes de que las mujeres tomaran el avión.
Según su testimonio en el programa Pegando la vuelta, personal de la citada dependencia tomó el bolso de mano de la mujer y se encargó de llevarlo al avión, lo que calificó como “un atrevimiento”. Y más a la luz de lo que sucedió después: al llegar a Ecuador tras una escala en Panamá, de una carpeta faltaba plata y documentación, aseguró el denunciante.
“El bolso fue ubicado en un compartimento y una carpeta estaba afuera del bolso. Faltaban 4.000 dólares, que eran de la venta de un automotor de la familia. Ahora estamos sin nada”, alertó Kadesevich. También dijo que se perdieron documentos de las dos pasajeras, además de la libreta de matrimonio.
Apuntó directamente a Migraciones y pidió “terminar con la burocracia” para que la denuncia –realizada ante Fiscalía y la aerolínea– se agilice y permita “revisar las cámaras (de seguridad) para ver quién llevó el bolso” antes del vuelo en Rosario.
Por ahora, dijo el hombre, la única propuesta del Consulado argentino en Gauayaquil fue la de regresarlos al país para resolver el tema pero se niegan, ya que aquí no tienen “más nada”, dado que se fueron de manera permanente. De momento, contó, están alojados “en la casa de un capellán” local, que les abrió las puertas en forma solidaria hasta que se solucione el inconveniente.



