En el Día Mundial contra el trabajo infantil, Santa Fe no pudo festejar avances en esa materia. Es que tras el informe de la organización internacional Save the children que estableció que en Argentina esa problemática creció un 600 por ciento en los últimos siete años, la ausencia de datos a nivel provincial quedó al desnudo. “No hay registros porque desde el Estado no se hace nada, no hay políticas concretas ni plan de trabajo”, señaló a Rosario3.com el investigador de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y especialista en el tema, Jorge Kohen. La falta de registros fue reconocida hoy por el titular de la Comisión Provincial para la Prevención y Erradicación Progresiva del Trabajo Infantil (Copreti), José Luis Bermúdez. “Es muy difícil hablar de una cifra, pero sabemos que existe el trabajo infantil rural, urbano y oculto que debe ser tenido en cuenta porque el empleador sabe que esta infringiendo la ley”, le dijo el funcionario a una radio de Santa Fe. El mismo Bermúdez había anunciado en marzo de 2005 que Rosario tendría su sede local de la Copreti para avanzar en este tema, sin embargo a más de un año de aquello aún no hay datos oficiales. “No tenemos registros sobre el tema porque aquí todavía no se ha hecho nada desde el Estado. Son las organizaciones no gubernamentales y algunas personas de la Universidad las que trabajan con los chicos”, aseguró Kohen. En la ciudad, los últimos datos corresponden a una encuesta de Artemio López del año 2000. Aquel estudio contaba más de 16 mil chicos menores de 14 años con un empleo. “Nosotros actualizamos esos datos a través de cómo se modificaban los índices de desocupación y pobreza, porque ésta es una problemática de estrategia familiar y así hay que abordarla”, señaló el investigador y docente de la Facultad de Medicina, quien luego agregó que desde entonces la cifra estimada de menores que tienen un empleo es de entre 15 mil y 20 mil. Más allá de los números, lo que señala el titular del grupo de trabajo de la UNR es que el Estado aún no se ha hecho cargo de una problemática que en Latinoamérica afecta a unos seis millones de niños entre 5 y 17 años, según el informe de la ONG internacional. Casi la mitad de ellos, dice el comunicado, están en condiciones de explotación o realizando trabajos peligrosos que ponen en peligro sus vidas o hacen que no puedan disfrutar de derechos fundamentales y vitales para su desarrollo como la educación o el ocio. Esa misma condición se reproduce en la ciudad de diversas maneras: desde la venta callejera de objetos hasta la detección de casos de prostitución infantil. Save the Children señaló además que en el país la actividad de los menores creció 600 por ciento. Para Kohen, es necesario interpretar esa cifra para no caer en un error. Es que el pico de crecimiento del índice fue entre 1998 y 2004, cuando los niños trabajadores treparon de 250 mil a un millón y medio. El último año, en cambio, ese número se redujo en un 10 por ciento. “Esto está directamente relacionado con la desocupación y la pobreza, cuando éstas dos tasas bajan, el trabajo infantil también lo hace. Por eso nosotros insistimos que desde el Estado se deben buscar programas de estrategias familiares integrales, aplicadas por las ONG que trabajan en el día a día con los chicos y no con subsidios aislados”, analizó el investigador, co-autor del video “Trabajo infantil en el área del Gran Rosario”. Ese mismo trabajo, finalizado en 2001, volvió a reeditarse con nuevos datos el año que pasó y según Kohen, “vimos una pequeña disminución de la problemática”.