Trash cooking o aprovechar las sobras en la cocina se impone en los países europeos amenazos por la crisis. Sin embargo, la costumbre no es nueva. Cocinar con menudencias es una tradición tan vieja como nuestras abuelas.

La práctica se conoce en la actualidad, como "trash cooking": cocinar con la basura, aunque suene muy fuerte el término.

Pero no es rescatar comida del tacho de basura sino aprovechar las sobras de algunos platos, las partes del pescado, de la vaca y del pollo que tiempo atrás iban a parar a la basura.

En esta modalidad se ponen en juego una cocina sustentable porque apunta a no desperdiciar nada a tener en cuenta que todo se puede aprovechar.

Para aplicar el trash cooking es cuestión de poner a funcionar el ingenio y tener en cuenta que se puede hacer con que cosas, incluso con las cáscaras de papas y otras verduras.

En esa corriente absolutamente todo se puede comer. ¿Quién dijo que había que tirar la cabeza del pollo, las vísceras del pescado o los ojos de la vaca?

Uno de los chefs más prestigiosos del mundo, Ferrán Adrià, ha dicho: “¿Si se utiliza la oreja del cerdo, por qué no emplear la del conejo para lograr un snack crujiente?”, la investigación en la cocina ha permitido ensalzar al máximo exponente aquellos productos de desecho que difícilmente lograban apasionar al público y ahora llegan a la mesa como un plato más.