Por Mirta Guelman de Javkin

El niño corría intentando capturar el barrilete que caía, cuando un
colorido pájaro, se acercó y batiendo sus alas, llamó su atención. El
padre del niño, alejado del lugar del hecho y centrado en el objetivo de
recuperar el objeto recién comprado, en tono enojado, dijo: “ siempre el
mismo distraído ”.

Peter Sloterdijk lo describe de esta manera: “El niño que sigue su pompa
de jabón en el espacio abierto no es un sujeto cartesiano que permanezca
en su punto, sin dimensión de pensamiento, mientras observa un objeto
con dimensión en su camino a través del espacio. Admirado, en
solidaridad con sus pompas tornasoladas, experimentando, el jugador se
lanza al espacio abierto y transforma en una esfera animada la zona que
hay entre ojo y objeto. Todo él, ojo y atención, el rostro del niño se
abre al espacio enfrente. Así, imperceptiblemente, mientras está ocupado
en su feliz pasatiempo, surge en el jugador una evidencia que perderá
más tarde bajo el influjo de los esfuerzos escolares...”
Edit. Siruela>

La falta de atención no existe, es “dis-tracción” o “dis-atracción”,
producida por un mundo adulto que no se pone de acuerdo en lo que hay
que iluminar y enseñar.

Gracias a la investigación realizada por un periodista del Washington
Post, se denunció hace unos años la “experiencia” en Ohama ( EEUU) con
miles de alumnos de escuelas primarias a los que se suministró Ritalina
(Mefedinato), anfetamina, utilizada para disminuir la “perturbación” que
estos niños ocasionaban... En la Administración de Alimentos y Drogas (
EEUU) ya figuraba como droga “no recomendable” para el uso de menores de
12 años. En el libro “ Bases Farmacológicas de la Terapéutica ” ( 9o
Edición. 1996), capítulo 10 figura : “Los efectos adversos potenciales
de estas medicaciones en niños son : insomnio, dolor abdominal, anorexia
y pérdida de peso que se puede acompañar de supresión del crecimiento”

Los organicistas, subrayan las causas genéticas y las alteraciones
orgánicas en la zona frontal del cerebro, alentados por el avance en
biología molecular, que minimiza, la compleja y delicada interrelación
“niño-medio”, que actúa al margen de cualquier potencialidad genética.

La escuela y sus currículas formales, tardan tanto en actualizarse, que
siempre se alejan de los intereses del niño que crece. Además califica y
descalifica las velocidades con que repiten los contenidos
“fundamentales”, generalmente poco atractivos. Intentar homogenizar
respuestas, es tan difícil y absurdo como pretender que los alumnos de
un curso, pesen y midan lo mismo, por compartir edades cronológicas.

En algún medio de comunicación, seguramente, se conserva la imagen del
grupo de padres, acompañados por profesionales y artistas, protestando
frente al Hotel Benaventure de Los Angeles. Se agruparon, como Comisión
de Derechos Humanos (CCHR), para que los escuche la Convención Nacional
de Psiquiatras reunidos en ese lugar, para eliminar la costumbre “de
drogar a los niños”. La protesta se centró específicamente, contra los
millones de niños medicados con psicotrópicos, como la Ritalina
utilizada para el denominado : “Trastorno de Hiperactividad y Déficit de
Atención”. A comienzos de la década del 70 a los pequeños con
“trastornos de aprendizajes” se les inyectaba diariamente un pool de
enzimas, bajo el nombre de “Cerebrolisina”, para que maduren antes...

Cada ser vivo tiene sus tiempos y maneras de aprehender, heterogénea
para cada individuo (indiviso) y circunstancia. Al introducir “fármacos”
o moléculas al cerebro, tal vez se facilite algún mecanismo, pero
también puede actuar como “antagonista” o boicoteador del mismo proceso
que se intenta desarrollar.

El niño “hiperkinético” generalmente es también un hiper-perceptivo, que
captó los acontecimientos del medio o “estímulos” más que el resto. Se
“sobre-estimuló”, por lo que penetró desde la visión y audición al
cerebro. Esto obliga a pensar que imágenes y sonidos se están utilizando
para fabricar tantos distraídos.?

Cada vez habrá más distraídos, con el encogimiento de los espacios
educativos, que lleva al hacinamiento y a la exigencia de permanecer
quietos, en silencios, con maestros polifuncionales que intenta
alfabetizar, haciéndose cargo de la alimentación proteica y bajo la
urgencia de “normatizar”, con valores, para adaptar y vacunar contra la
marginalidad.

Henry Laborit refirió tres estados “organizativos” :

1) primitivo o incapaz de adaptarse al medio. El ser vivo, se
autoorganiza automáticamente, prácticamente sin influencias externas.

2) el que “aprendió” la experiencia previa y gracias al sistema de
memoria y emoción organiza acciones y respuestas.

3) el maduro, que posee la capacidad de “anticipar”, imaginar o diseñar
una estrategia que le asegure la evitación del dolor o la búsqueda de
gratificación.

Los psicofármacos actúan sobre estos tres estados y participa en el
complejo intercambio del niño con su medio. Los avances tecnológicos
permiten detectar cuantas “alteraciones” diagnosticadas como orgánicas o
estructurales son producto de la impaciencia adulta en la espera de un
desarrollo infantil particular con tiempos individuales que deben
respetarse.

Los neurobiólogos, comenzaron denominando estado arousal al de atención,
coordinación de movimientos, tono muscular, estado de vigilia, y otras
funciones autónomas como respiración y latidos cardíacos (controlada por
el sistema reticular).

Hoy el síndrome titulado: “Trastornos con déficit de atención y
comportamiento perturbador” ( según el criterio del Manual diagnóstico
estadístico de trastornos mentales o DSM IV), suele colocar al niño en
estado de mayor vulnerabilidad, para las políticas, que tratan con
medicamentos, el equilibrio humano.

Los campos divididos entre los que medican o no a estos niños
“dis-traídos” están vinculados a intereses varios y al compromiso de
tiempo invertido en estrategias para atraer al educando a los contenidos
educativos ( familiares y escolares) . Valga de ejemplo, el uso y
promoción de bebidas gaseosas que contienen, cafeína, liberadora en
cerebro de neurotransmisores que producen: hipermotilidad,
irritabilidad, inquietud, alteración de la concentración, trastornos de
sueño, cólicos y diarrea, etc. Los medicamentos “descongestivos”,
también comparten algunos de estos efectos.

Los neurotransmisores implicados son fundamentalmente la dopamina
(aumentada) y la serotonina (disminuida), por eso ya se propone medicar
a estos niños con antidepresivos, en lugar de poblar la realidad de
estímulos que los invite a descubrir los saberes y creencias que
necesitan para su existir (más allá que el vivir) y poder convivir.

La distracción, impulsividad y exceso de actividad tiene diversas y
múltiples causas más ligadas al contexto, que al ser en crecimiento.

Las causas de distracción e hiperactividad (generalmente contenida por
la limitación de espacio físico y lúdico), son múltiples y complejas.

La respuesta al Metilfenidato o Ritalina, ciertamente es “mágico” según
los padres, ya que el niño mejora sus notas rápidamente y esto mismo
confirma el artificio de utilizar una droga para aumentar el “éxito” y
no un tratamiento que estimule el desarrollo completo.

La Ritalina es un psicoestimulante (estimula el sistema nervioso
central) sintético que por compartir las mismas propiedades
farmacológicas con la anfetamina, aumenta el “rendimiento” pero también
altera las fases de sueño, por lo que se tomó como causa de alteración
en la secreción de hormona de crecimiento (somatotrofina) parte de los
argumentos que llevó a prohibirla en nuestro país en la década del 70.
Las concentraciones en cerebro son mayores que las alcanzadas en sangre
una a tres horas después de absorberse por vía oral. Es importante
recalcar : si un niño presenta tics, tartamudeo, cefalea y trastornos de
sueño, debe ser suspendida inmediatamente.

En cuestiones tan complejas como el diagnóstico de un trastorno de
comportamiento, obliga a formular la pregunta de si los “síntomas” no
son adaptativos a lo que oferta el medio, o lo marca como ambiente,
deprivante e intolerante, que diagnostica y culpa en lugar de hacer una
“autocrítica”, que permita acceder a soluciones concretas.

Las distintas realidades que transitan los niños y las diferencias de
oportunidades requiere una postura ideológica donde el interés esté
puesto en ellos y el derecho a ser tolerados y estimulados .