De acuerdo con los resultados de un estudio realizado en Estados Unidos, que fueron comentados durante un encuentro de Neurociencias realizado recientemente en la ciudad de Mar del Plata, 2 de cada 10 personas sufren trastornos del sueño.

Según el análisis, en la inmensa mayoría de los casos el insomnio y otros trastornos del sueño se relacionan con factores emocionales, ansiedad y estrés; aunque cabe destacar que afecciones como la fibromialgia o el dolor neuropático también juegan su rol.

Si bien existen diversas alternativas terapéuticas que ayudan a mejorar la calidad de quienes padecen estos trastornos, así como también a disminuir el impacto de sus complicaciones, lo cierto es que nada puede hacerse sin antes cumplir con el requisito principal: la consulta médica con un especialista.

Ellos enfatizan que este punto es fundamental porque los trastornos del sueño generan, principalmente, que el rendimiento tanto físico como intelectual del "día siguiente" disminuya considerablemente haciendo no sólo que cualquier actividad sea más difícil y de realizar, si no además que se incremente el riesgo de sufrir o provocar un accidente.

Por otro lado, no descansar lo suficiente genera que aumenten la irritabilidad y falta de concentración, así como también el riesgo de sufrir afecciones cardiovasculares y otras patologías.

El problema es que muchas veces debido a la recurrencia del insomnio, y con el objetivo de descansar mejor, los hombres y las mujeres que lo padecen terminan recurriendo a ciertos fármacos y cayendo, prácticamente de manera inevitable en la auto y muchas veces sobremedicación.

Frente a esta realidad, tal como lo expusieron durante el más reciente Foro de Dolor y Neurociencias organizado por el laboratorio Pfizer y celebrado hace pocos días en la ciudad de Mar del Plata, "lo más importante es dar el primer paso y consultar a un especialista en medicina del sueño, pero nunca automedicarse".

"Existe un sinnúmero de patologías de diversa índole que afectan la continuidad y la calidad del sueño. Estas pueden ser de origen respiratorio, neurológico, emocional u orgánico, pero en todos los casos alteran la calidad del descanso nocturno, razón por la cual repercuten directamente en el funcionamiento del cerebro durante el día", expuso el doctor Facundo Nogueira, jefe del Laboratorio de Sueño del Instituto Argentino de Investigación Neurológica (IADIN).

"El 90 por ciento de los cuadros de insomnio se asocia a factores emocionales, bien conocidos en la fibromialgia, o a estrés, pero el insomnio es común también en sujetos que padecen depresión o cuadros de ansiedad", agregó el especialista.

Puntualmente, en el caso de la fibromialgia y el dolor neuropático, dos afecciones crónicas, ocurre que el sueño se ve imposibilitado por los dolores, el hormigueo y también por la incertidumbre, ansiedad y depresión que generan no saber qué es lo que está ocurriendo.

"En estos pacientes, resulta fundamental controlar el dolor, ya que la efectividad de los analgésicos comunes (analgésicos no esteroideos o AINEs, derivados de la aspirina) suele ser escasa", completó Nogueira.

Principales características de un mal descanso
Durante el sueño, se llevan a cabo una serie de procesos químicos y metabólicos indispensables para que el cerebro pueda funcionar correctamente al día siguiente. Es por ello que el organismo de un adulto necesita entre 7 y 8 horas promedio por noche de sueño de buena calidad.

Fuente: Pro Salud News