El sistema inmunológico o defensivo disminuye ligeramente durante los meses de la gestación, por esa razón las mujeres embarazadas son más susceptibles a padecer procesos respiratorios comunes como resfríos y gripe.

Una de las posibles explicaciones es que en que el sistema inmunológico o defensivo disminuye ligeramente durante los meses de la gestación para evitar que el organismo materno rechace lo que en principio es un elemento extraño a él, como es el embrión las ochos primeras semanas y el feto las siguientes.

Para trabajar sobre la prevención de estos cuadros, los especialistas aconsejan dormir y descansar en un ambiente agradable y con una temperatura adecuada. Ingerir mucho líquido, especialmente en caso de fiebre.

Aunque la mujer embarazada puede perder el apetito, de ningún modo debe dejar de comer. Al contrario, debe procurar consumir productos altamente nutritivos (leche, pescado, carne, fruta y verduras).

Al tratarse de un proceso vírico, el único tratamiento es sintomático. Analgésicos para calmar los dolores y molestias, antitérmicos para bajar la fiebre y nebulizadores para la congestión nasal. El analgésico y antitérmico más generalizado es el paracetamol. Pero, ante la menor duda, se debe consultar médico y con más motivo cuando los síntomas son muy llamativos o se prolongan más allá de una semana.

Durante la gestación los medicamentos pueden ser teratógenos (inductores de malformaciones fetales), por lo que es aconsejable que cuando se recurra a ellos se cuente con la aprobación del ginecólogo u obstetra.

Fuente: El País