Descubrieron a un grupo de chicos de cuarto y quinto grado en una escuela de Carolina del Sur fumando e inhalando caramelos en el aula. Los alumnos habían triturado unas cuantas pastillas frutales y también habían abierto varios sobres de sales de frutas (Fun Dip candies).
Cuando la directora Glenn Wile entró al salón, encontró a más de treinta y un chicos fumándose el polvo resultante, y una "gran" humareda en el curso.
Según relató la responsable de la escuela primaria Fountain Inn, ante tamaño espectáculo decidió enviar una carta a los padres donde tildaba la acción de los alumnos como "inapropiada."
Acto seguido, les prohibió a los chicos llevar caramelos a la institución, según relata el Huffington Post.