“No está bien, yo me quedó acá”, le dijo Héctor Cavallero a Agustín Rossi cuando éste lo invitó a sentarse en su lugar -junto a Néstor Kirchner- en la mesa de café que se armó en el restaurante del club Sportivo América, en la previa al acto de este lunes.

El Tigre se dio un fuerte abrazo con el ex presidente, quien se paró de su lugar y abandonó el café con leche en jarrita por un segundo, pero después el actual concejal se quedó parado a un costado.

En cambio, otros dirigentes como Pedro González, el propio Rossi, el diputado nacional Gustavo Marconato, además de intendentes, legisladores y sindicalistas de la región buscaron estar lo más cerca posible del santacruceño.

Cavallero formó parte de quienes encabezaron el palco pero se mostró bastante menos enfervorizado que el resto de sus compañeros. El presidente del Partido del Progreso Social (PPS), aliado al kirchnerismo, desentonó al lado de por ejemplo del secretario de la Gestión Pública nacional, Juan Manuel Abal Medina. El ideólogo de la reforma política cantó la marcha peronista con entusiasmo y arengando a la muchachada de la JP y Movimiento Evita.

En las inmediaciones del estadio, desde ese sector, colgaron pasacalles y repartieron volantes que postulaban a la concejala María Eugenia Bielsa para la intendencia de Rosario en 2011 (ver galería de fotos). Quizás por eso, o por los incidentes, Cavallero no lució del todo cómodo en el estrado.