Un joven de 23 años murió este lunes a la noche, luego de sufrir un paro cardiorrespiratorio, mientras jugaba al fútbol en una canchita del club Villa Urquiza, ubicada en 24 de septiembre y Rodríguez.

Eran las diez de la noche. El juego venía bien, pero Diego Luciano Gómez comenzó a sentirse muy mal, cada vez peor. Decidió avisarles a sus compañeros de juego, quienes rápidamente y ante el estado del amigo, lo llevaron en un auto al Hospital de Emergencia Clemente Álvarez.

Sin embargo, cuando llegaron, los médicos no pudieron hacer nada al respecto. Diego había fallecido, incluso, sostuvieron, ya había perdido la vida al momento del ingreso al efector. Según, fuentes policiales, los médicos establecieron que el joven falleció de un paro cardiorrespiratorio.

Otra pérdida más del fútbol amateur

La muerte de Diego Gómez suma a las tantas que ocurrieron en el marco de los torneos y partidos de fútbol que se realizan entre amigos, familiares o compañeros de trabajo tanto en canchas o clubes, por fuera de los controles médicos de aptitud física, exigidos cuando se trata de jugadores federados.

Es que no existe una regulación específica acerca de esta actividad deportivo –recreativa. Aunque las instituciones deben inscribirse en reparticiones públicas municipales y provinciales, no existe obligación de atender la salud de los participantes, por lo que es muy común que ninguno presente el certificado médico que los habilite a salir a la cancha.

La ordenanza municipal al respecto sólo regula las actividades y otra reglamentación del ámbito municipal controla el aspecto sanitario de los concurrentes a los cerca de 80 gimnasios de la ciudad.

La muerte del vicepresidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, Máximo Bressan, en el country del Jockey Club de Rosario a fines del año pasado, desnudó este panorama, que detrás de los valores del deporte y sus beneficios, esconde el peligro de exponerse a una exigencia física que, en caso de que el cuerpo no esté apto de resistir, puede causar la muerte.

Otras muertes sacudieron el fútbol amateur. En octubre del año pasado, un hombre de 55 años falleció mientras disputaba un partido interno del Club Atlético Provincial.