En pleno centro de Santiago del Estero existe un local de conexión a Internet que se llama  Cíber One donde se experimenta un programa que instruye a niños y jóvenes de escasos recursos en las nuevas tecnologías.

 

La propuesta de este ciber tan singular hace que los chicos cambien una hora de entretenimiento por otra de formación totalmente gratuita.

 

Cíber One no es un cíber como todos los demás. Es que, en determinadas horas del día, las máquinas se ocupan con chicos y adolescentes de escasos recursos y en situación de calle que aprenden mecanografía y el uso de programas de computación bajo el asesoramiento de un instructor.

 

La idea se apoya en un concepto simple: a los chicos se les facilita el acceso a las computadoras en forma gratuita  en los horarios no comerciales –como la siesta y momentos en que no hay gran afluencia de público–.

 

Ahí, se les propone como un acuerdo el pagar la diversión que buscan en los juegos no con dinero sino con una capacitación que le brinda el Cíber One.

 

Hasta ahora se logró que los niños y jóvenes practiquen mecanografía al tacto y se introduzcan en el conocimiento de informática.