Investigadores de la República Checa y el Reino Unido han descubierto que existe una relación entre la paramnesia o déjà-vu (experiencia de sentir que se ha sido testigo o se ha experimentado previamente una situación nueva) y diversas estructuras encefálicas. El hallazgo confirmaría que este fenómeno tiene un origen neurológico, algo que ningún estudio previo había logrado demostrar.

Un estudio sin precedentes ha permitido que investigadores de República Checa y Reino Unido descubran una relación entre la paramnesia o déjà-vu y diversas estructuras encefálicas, lo que confirma el origen neurológico de este fenómeno.

Hasta ahora, ninguno de los estudios dedicados a desentrañar el déjà-vu en individuos sanos había logrado dar con indicios convincentes. El trabajo se publicó en la revista Cortex y recibió fondos de la Unión Europea.

El déjà vu (en francés, "ya visto") o paramnesia es la experiencia de sentir que se ha sido testigo o se ha experimentado previamente una situación nueva.

Este término fue acuñado por el investigador psíquico francés Émile Boirac (1851-1917) en su libro L´Avenir des sciences psychiques ("El futuro de las ciencias psíquicas"), basado en un ensayo que escribió mientras estudiaba en la Universidad de Chicago.

Dirigidos por el CEITEC (Instituto centroeuropeo de tecnología) y la Facultad de Medicina de la Universidad de Masaryk (en la República Checa), los investigadores encargados del estudio descubrieron que en la paramnesia influyen ciertas estructuras encefálicas.

Los descubrimientos obtenidos muestran que el tamaño de estas estructuras es apreciablemente menor en el encéfalo de las personas que experimentan paramnesia que en las que no la habían experimentado nunca.

El equipo del CEITEC, junto a colaboradores de distintos institutos científicos de Brno, así como de la Universidad de Exeter, lograron obtener una plétora de información sobre este fenómeno, que hasta ahora carecía de explicación.

El equipo observó que unas estructuras pequeñas de los lóbulos temporales medios del encéfalo, en los que se originan la memoria y los recuerdos, eran considerablemente más pequeños en personas que habían experimentado paramnesia que en los que no la habían experimentado.

Sus hallazgos también indican que, cuanto mayor era la frecuencia a la que los sujetos sometidos a estudio experimentaban paramnesias, menores eran estas estructuras encefálicas.

"Ciento trece sujetos sanos se sometieron a un examen estructural del encéfalo mediante resonancia magnética y a continuación mediante un método nuevo y sensible de análisis automático de la morfología encefálica (morfometría basada en fuentes), y se comparó el tamaño de regiones concretas del encéfalo entre aquellos que nunca habían experimentado una paramnesia y los que sí la habían experimentado", explicó Milan Brázdil del CEITEC, autor principal del estudio.

Fuente: Tendencias 21