La investigación sobre los supuestos malos tratos a cadetes de policía en la escuela de Alem al 2000 que ordenó abrir el ministro de Gobierno, Roberto Rosúa, tiene una nueva punta para seguir: el testimonio de Christian, un ex alumnos de la institución entre el 91 y 93, que reveló a Radio 2 que las “humillaciones” eran (¿son?) “prácticas habituales”.

“Yo fui objeto junto con mi promoción”, contó Christian, que dijo que sufrió malos tratos tanto físicos como psicológicos y que no se salvaban ni los hijos de policías.

Es más, el ex cadete identificó a dos de los que se encargaban de “bailar” a los cadetes rosarinos: uno de ellos, dijo, era el entonces oficial Juan Pablo Garro y el otro un oficial de apellido Lazo.

El año pasado Juan Pablo Garro, ya con el grado de subcomisario y a cargo del Grupo de Operaciones Especiales de la Agrupación Cuerpos de la Unidad Regional I, fue separado de su cargo tras haberse descubierto en su despacho simbología nazi luego de que un subalterno lo denunciara que lo discriminaba porque su mujer es judía. Lazo, en tanto, continuaría prestando servicio.

Según Christian, los malos tratos hicieron que varios de sus compañeros pidieran la baja, aunque opinó que ahora “se ha flexibilizado” el trato hacia los cadetes.