Un nuevo fármaco contra la obesidad puede rebajar el peso de una persona en más de 7 kilos en veinte semanas si se toma en su dosis máxima, según un estudio publicado en la revista "The Lancet".

Esa pérdida de peso fue casi tres veces superior a la de los integrantes de un grupo de control a los que se administró un placebo y un 50 por ciento más que los que se sometieron a otro tratamiento rival muy popular, conocido por la marca Xenical.

El fármaco en cuestión, llamado liraglútido, es el primero de un nuevo tipo de agentes contra la obesidad que imitan la acción de una hormona presente en el aparato digestivo y que reduce el hambre.

Los expertos que han examinado ese agente elogian su "gran potencial" dado que reduce también los factores de riesgo de la diabetes del tipo 2 así como de las enfermedades cardiovasculares.

Los resultados fueron alentadores para la liraglutida, ya que los pacientes en tratamiento con este fármaco -sobre todo a altas dosis- consiguieron mayores pérdidas de peso que el resto. Estos enfermos consiguieron reducir entre 4,8 y 7,2 kilos (el rango dependía de la cantidad de producto ingerida), mientras que quienes siguieron la terapia con orlistat perdieron 4,1 kilos. Por su parte, los participantes que recibieron placebo redujeron su peso en 2,8 kilos.

En su trabajo, los investigadores, destacan la efectividad de la dosis más alta del medicamento. "El 76% de los individuos tratados con liraglutida 3 mg perdió más de un 5% de peso, y casi el 30% logró reducciones del 10% después de las 20 semanas de tratamiento", recuerdan los autores, dirigidos por Arne Astrup, de la Universidad de Copenhague (Dinamarca).

Para Felipe Casanueva, director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) y catedrático de endocrinología de la Universidad de Santiago de Compostela, "esta reducción de peso es tremenda. Si un paciente pierde el 5% de su peso se reduce drásticamente su riesgo cardiovascular. Nuestro objetivo no es que el paciente consiga tener los mismos kilos que cuando era joven sino perder la cantidad necesaria para disminuir ese riesgo".

Según este especialista, la aparición en el mercado de un nuevo fármaco antiobesidad será muy bien acogida. "Tenemos en todo el mundo una pandemia de obesidad y habrá, posteriormente, otra de diabetes tipo II. Necesitamos urgentemente más fármacos y que las instituciones públicas fomenten el desarrollo de nuevos productos. En España, el sistema sanitario no ha financiado ningún medicamento para disminuir peso y eso se traduce en una concepción de que la obesidad no es una enfermedad, y esto no es así. Además, conlleva el aumento del riesgo de desarrollar múltiples patologías".

En este estudio, se observó además que los beneficios antiobesidad del fármaco también se acompañaron de reducciones en la tensión arterial, la circunferencia abdominal y la frecuencia de problemas como la prediabetes. Sin embargo, los efectos secundarios fueron mucho más comunes entre los pacientes en tratamiento con liraglutida. Las náuseas y los vómitos fueron los problemas más frecuentes, aunque en la mayoría de los casos, se presentaron de forma transitoria.

"Estos efectos son esperados, comunes con otros fármacos y muy rara vez conducen al abandono del tratamiento. Además, lo que se ha observado en otros medicamentos similares es que estos efectos se dan en las primeras etapas de la terapia y gradualmente van desapareciendo", afirma Felipe Casanueva.

Aunque contentos por los resultados de su trabajo, los investigadores reconocen que son necesarios estudios clínicos a largo plazo que analicen a fondo los efectos de la liraglutida sobre el peso, los factores de riesgo cardiovascular, además de su posible papel en la prevención de la diabetes.

En la misma línea se muestra George A. Bray, del Centro de Investigación Biomédica de Pennington (Louisiana, Estados Unidos), quien también en la revista ´The Lancet´ apunta a las posibles complicaciones de un fármaco que exige una inyección para su correcta administración.

En su comentario, Bray señala que en el estudio dirigido por Astrup se reseña una efectividad de orlistat significativamente menor que la aportada por otros trabajos, por lo que este punto también debería abordarse a fondo en nuevos trabajos.

Fuente: EFE