La obesidad parece radicar, al menos parcialmente, en los genes. Esta afirmación surge de un estudio científico que establece que un sólo gen puede controlar la tendencia de acumular grasa. Publicado por la cadena informatiba de la BBC, el estudio fue elaborado por un equipo de la Universidad de Texas que manipuló el gen llamado adiposa, para alterar la cantidad de tejido graso producido por moscas, gusanos y ratones.
Si el mismo efecto pudiera lograrse en humanos, que también son portadores de este gen, es potable que se pueda conducir al descubrimiento de nuevas maneras de combatir la obesidad y la diabetes. "Desde los gusanos hasta los mamíferos, este gen controla la producción de grasa", dijo el director de la investigación, el doctor Jonathan Graff.
"Eso explicaría por qué tantas personas luchan para perder peso, y sugiere una completamente nueva ruta para el desarrollo de tratamientos médicos para la actual epidemia de obesidad." continuó y afirmó: "Posiblemente, si se pudiera afectar a este gen, aunque fuera sólo un poco, se podría lograr un efecto benéfico"
El gen de la adiposa fue descubierto en moscas gordas de las frutas hace más de 50 años, pero los científicos no habían logrado precisar de manera exacta en qué desempeña su papel. Posiblemente, si se pudiera afectar a este gen, aunque fuera sólo un poco, se podría lograr un efecto benéfico.
El equipo tejano utilizó varios métodos para activar y desactivar el gen en varias etapas de la vida del animal y en diferentes partes de sus cuerpos. Su trabajo sugiere que el gen actúa como un interruptor de alto nivel que le dice al cuerpo que acumule o queme grasa. Ratones con una actividad adiposa incrementada experimentalmente, comían más o menos lo mismo que un ratón normal.
Sin embargo eran flacos, tenían células grasas que resistían la diabetes y tenían mejor capacidad de control del metabolismo de la insulina y del azúcar en la sangre. Por el contrario, animales con actividad adiposa reducida eran más gordos y tenían diabetes.
La existencia de un gen explicaría por qué tantas personas batallan sin éxito para perder peso. Los investigadores también mostraron que la actividad del gen podía acelerarse o disminuirse, no sólo activarse o desactivarse.
El doctor Graff dice que esto incrementa el potencial para manipular su efecto en el tratamiento de la obesidad. El próximo paso será probar los mecanismos exactos a través de los cuales el gen ejerce su control.
Sin embargo, el doctor David Alzan, director clínico de la organización Nacional Obesity Forum, advirtió que el desarrollo de tratamientos genéticos contra la obesidad podría demorarse muchos años. Mientras tanto, advirtió que la única manera de combatir el problema de manera efectiva era promoviendo el ejercicio y la alimentación sana en la población.