Un mecánico hábil como pocos arreglaba autos en zona oeste, se ganaba la confianza de sus dueños y luego se los robaba.
Anteayer, por caso, el hombre hizo eso en 27 de Febrero y Lima. Allí, golpeó la puerta de Mauricio, preguntó de quién era el coche que, con evidentes signos de deterioro, estaba estacionado allí, lo arregló por solo 500 pesos y el valor de los repuestos y, tras probarlo dos veces, pidió hacerlo una vez más, y ya no volvió.
El auto, un Renault Megane, era del pastor de la iglesia a la que Mauricio concurre habitualmente. El mecánico hizo el trabajo bien y rápido. Cambió luces, levantavidrios, guiño, balizas. También cambió la batería y el alternador. Hizo dos pruebas. Después pidió hacer una tercera y Mauricio se quedó esperando. El hombre no volvió.
Mauricio y su familia publicaron lo que pasó en Facebook, con filmaciones de las cámaras de seguridad que muestran todo lo que pasó.
En los comentarios aparecieron otras víctimas del mismo ladrón, con la misma modalidad.
El hombre es particularmente diestro como mecánico, pues hizo andar coches que otros mecánicos no pudieron.



