El médico mexicano Eloy Ovando Sanders, miembro de la American Academy of Neurology And Orthopedic Surgeons, explicó que el procedimiento que ha desarrollado consiste en una serie de inyecciones de colchicina combinadas con ozonoterapia y una posterior rehabilitación, que permite que el dolor desaparezca en apenas tres semanas.

En ocho años de estudios y atención a pacientes, su clínica, instalada en la capital mexicana, ha atendido a casi cinco mil personas aquejadas de hernias de disco con un 95 por ciento de éxito.

Sanders explicó que 12 inyecciones de colchicina y ozonoterapia bastan para reducir el dolor en un 80 por ciento, que luego, apoyado por un equipo multidisciplinario devuelven al enfermo a una vida sin demasiadas limitaciones.

Los beneficios del método son importantes ya que al aplicarlo se evita agresiones al organismo, alteraciones en la columna por cirugías, riesgos de sufrir infección, hemorragia o posteriores operaciones, ausencias al trabajo, gastos en rehabilitación, y tiene un costo cinco veces menor.

Todos esos factores repercuten en una mejor calidad de vida del paciente, señaló el especialista, presidente fundador de la Asociación Mexicana contra las Negligencias Médicas Ac.

El tratamiento que ahora desarrolla Sanders se remonta a fines de la década del 50 del siglo pasado, cuando el médico estadounidense Michael S. Rask descubrió que el uso de la colchicina reducía la inflamación y las hernias de disco en pacientes que también padecían de gota.

El milagroso medicamento, coadyuvante en el tratamiento de la gota y de la cirrosis hepática, se convirtió entonces de forma casual en un factor fundamental para la reducción del dolor causado por el ataque agudo de las hernias discales.

Cuenta Sanders que desde entonces Rask dedicó 40 años de su vida a la investigación, en los cuales atendió a 10 mil pacientes. Según el especialista, la “industria del dolor” no está interesada en la promoción del tratamiento de hernias de disco sin cirugías, el cual significa pérdidas económicas para los dueños de las grandes compañías de medicamentos. En Estados Unidos, por ejemplo, se realizan unas 300 mil cirugías al año.

Tras destacar sus aspiraciones de que el método sea aplicado en países latinoamericanos, Sanders defendió la técnica que aplica por su bajo costo y sus beneficios, frente a la cirugía convencional y los riesgos que ésta implica.

Fuente: Prensa Latina