Docentes y alumnos del centro de capacitación laboral para discapacitados Un mundo posible, de avenida Pellegrini al 1800, marcharon hasta el Concejo Municipal para reclamar que se evite el desalojo de la institución.

 

“Queremos trabajar en paz. Para nosotros la escuela es muy importante y la vamos a defender”, dijo con seguridad Andrea, una joven con Síndrome de Down, que forma parte del grupo de 45 chicos con capacidades especiales que asiste a Un mundo posible.

 

La sede de la institución que ocupan desde hace tres años corre riesgo de ser rematada porque el propietario del inmueble entró en un proceso de quiebra. “Ahora nos enteramos que la casa estaba hipotecada aunque se firmó, en 2003, un contrato de alquiler por diez años. Cuando firmamos no se tuvo en cuenta una cláusula que determinaba que no se podía alquilar el edificio”, dijo Liliana Cheri, directora de la institución, desde donde dicen ser víctimas, lisa y llanamente, de una estafa.

 

Los docentes, familiares y alumnos marcharon hasta el Concejo Municipal para pedir la intervención de los ediles en el conflicto que dejaría sin capacitación ni inserción el mercado laboral a través de pasantías a los jóvenes con discapacidad que se forman en Un mundo posible. “Lo que pedimos es el tiempo necesario para reacomodarnos. Hay que tener en cuenta que para poder instalarnos en esta sede tuvimos que hacer muchas refacciones y eso junto con las habilitaciones no se hace de un día para el otro”, remarcó Cheri.