Un estudio, financiado por la Unión Europea y publicado en la revista Science, relaciona la evolución del virus con las tasas de inmunización necesarias para prevenir un brote en la población. En último término, estos hallazgos pueden ampliar nuestros conocimientos sobre la dinámica de infección de una larga serie de enfermedades.

Los virus de la gripe aumentan sus probabilidades de burlar el sistema inmunitario del organismo huésped al sustituir distintos aminoácidos en puntos moleculares clave. Cuantas más diferencias haya entre la variedad de gripe contra la que se vacunó a alguien en un principio y la nueva variedad, más probabilidades hay de que el individuo se contagie y pueda contagiar a otras personas durante un periodo de tiempo más prolongado.

Los científicos del estudio referido trabajaron con la gripe equina: “Desde la década de los años sesenta se vienen utilizando vacunas contra la gripe equina, sobre todo en caballos de carreras”, según el estudio. “Durante más de cuarenta años, todas las infecciones de gripe equina han sido causadas por cepas del subtipo H3N8, que sigue un patrón de infección similar a la gripe estacional A que afecta a los humanos.”

Los autores descubrieron que los brotes surgían una vez el virus había sustituido dos o más aminoácidos. La probabilidad de infección y, por tanto, de brotes generalizados, aumentaba si, como se ha dicho anteriormente, el sistema inmunitario del afectado “percibía” el nuevo virus y el otro contra el que estaba vacunado como variedades completamente distintas. Las personas de una población determinada estarán inmunizadas contra variedades distintas en función de cuándo se vacunaron o infectaron, y algunas carecerán de inmunidad en absoluto. Por consiguiente, los científicos determinaron que el grado de variabilidad en la inmunidad de una población constituye un factor clave por lo que concierne al riesgo de que se produzca un brote.

Los investigadores confían en que, en última instancia, sus hallazgos ayudarán a las autoridades de salud pública a evaluar la eficacia de una vacuna conforme a su grado de similitud con la variedad actual de gripe y el grado de inmunidad de la población. “Esta investigación es relevante en relación con el uso de vacunas para controlar una pandemia de gripe”, se lee en el artículo. “Las vacunas prepandémicas tienen la ventaja de que se pueden utilizar como profilaxis. Además, se pueden hacer llegar hasta las poblaciones de riesgo en caso de crisis. Sin embargo, es improbable que se ajusten a la perfección a las variedades de gripe que haya en circulación. Pese a ello, nuestro trabajo muestra que incluso estas vacunas pueden ser beneficiosas para la población. Incrementar la proporción de la población que está vacunada puede servir para contrarrestar este desajuste entre distintas variedades.”

”El objetivo último es relacionar directamente estos resultados con la dinámica de la epidemia, lo cual es factible gracias a que se siguen acumulando datos sobre secuencias del virus de la gripe”, concluye el estudio.

Fuente: Cordis - Servicio de Información Comunitario sobre Investigación y Desarrollo