Basándose en un método desarrollado en Estados Unidos, científicos del CONICET incorporaron una innovación que permite establecer si la mujer sufre algún problema inmunológico que le impide concebir.

Este estudio podrá ser realizado en aquellas mujeres que no pueden quedar embarazadas, luego de que otros análisis no detectaran anomalías significativas en la paciente.

"Cuando todas las causas más conocidas que pueden influir en la reproducción ya han sido descartadas (causas ováricas o espermáticas, hormonales, metabólicas, anatómicas y genéticas), el 80% de las pérdidas fetales están asociadas a un desbalance del sistema inmune", explicó Gabriela Gutiérrez, coordinadora del Departamento de Investigación y Desarrollo de Halitus Instituto Médico, centro de salud en cuyo laboratorio los expertos del Conicet realizaron la innovación.

Para que el embarazo se produzca es necesario que el embrión se implante en el endometrio del útero. Allí existen glóbulos blancos capaces de reconocer la herencia de moléculas paternas expresadas por el embrión, y por lo tanto extrañas para el cuerpo materno.

"En condiciones normales ambos coexisten en contacto íntimo y en un ambiente de tolerancia que favorece la implantación, la formación de la placenta, el desarrollo embrionario y, por lo tanto, el éxito del embarazo.

Sin embargo, existe una gran cantidad de factores externos e internos que pueden provocar un desequilibrio inmunológico y llevar a la infertilidad o al aborto recurrente", afirmó Gutiérrez.

Es por ello que comenzaron las investigaciones en pos de alcanzar nuevas alternativas diagnósticas que permitieran detectar la predisposición de algunas mujeres a desarrollar estos problemas y encontrar así un nuevo tratamiento más exacto.

Este año, luego de muchos de estudio, un grupo de investigadores del Conicet desarrolló en el laboratorio I+D de la institución una innovación a un método que ya se realiza en algunos centros de medicina reproductiva de los Estados Unidos.

Éste permite identificar un desbalance inmunológico que podría no manifestarse en la sangre de la paciente pero si aparecer al estudiar el tejido endometrial del útero. Este tejido es necesario para la implantación del embrión, y es el que se desprende en la menstruación si el embarazo no se produce.

La técnica no sólo sería de gran utilidad para definir el tipo de tratamiento que se le prescribirá al paciente, sino que el mismo procedimiento de la toma de la muestra podría generar beneficios al momento de la implantación.

Los primeros resultados de esta investigación se dieron a conocer durante el III Simposio de Inmunología de la Reproducción, y serán presentados el 29 de octubre en Río de Janeiro.

Fuente: Infobae