Como suele ocurrir en los casos polémicos, existen dos versiones sobre lo sucedido el domingo a la noche en la zona de Lituania y avenida del Rosario, en el sur de la ciudad. En lo que todos coinciden es en que hubo incidentes a bordo de un colectivo de la línea 142 que iba rumbo a Villa Gobernador Gálvez. La primera versión que circuló fue la policial. Según ese relato, un agente terminó herido por un botellazo en la cabeza al intentar separar el enfrentamiento de dos patotas a bordo de un coche de la línea 142. Según el informe de la fuerza, el oficial también se quedó sin su pistola reglamentaria, ya que le fue sustraída por uno de los grupos en pugna. El relato oficial terminaba con los 21 integrantes de la patota –15 muchachos y 6 chicas– detenidos. Y con el oficial internado por una feroz golpiza. Sin embargo, otra fue la versión un grupo de jóvenes que viajaba en el colectivo. Según los chicos, los problemas surgieron cuando un auto con personas que conducían en estado de ebriedad y escuchando música a alto volumen se puso a la par del colectivo. Poco después, uno de los borrachos subió al transporte público y con un arma amenazó a todos los pasajeros para que pagaran nuevamente el boleto. Ante la negativa del grupo de jóvenes de volver a abonar el pasaje se desató una pelea que terminó con todos en la seccional 11ª. Pero la versión de los chicos iba mucho más allá. Según el testimonio de los jóvenes denunciantes de Villa Gobernador Gálvez, el personal policial de la comisaría a donde fueron llevados tras los incidentes (la número 11) intentó violar a una de las menores y el resto sufrió todo tipo de golpes y amenazas de los agentes. "De acá no salen más", contó Gisela, de 15 años, que le dijo un policía cuando pedía llamar a sus padres. Al mismo tiempo, padecía golpes y era desvestida por completo. "Me repetían que era una puta, me arrodillaron, me agarraron de los pelos y me hicieron caminar desnuda hasta el calabozo", denunció. Pero no fue lo peor: "Me manosearon, quisieron violarme y me metieron una cachiporra en el culo", dijo. Según relató, la salvó de su situación una mujer policía que frenó a su colega varón que la atacaba y, a partir de entonces, se encargó de la joven. Por su parte, el comisario de la seccional 11ª, Javier Pinati desmintió las versiones de los jóvenes: negó que hubiera existido un intento de violación y descartó que se hubieran registrado apremios ilegales al interior de esa dependencia. Fiel a la versión policial, Pinati comentó que el efectivo que intervino ante la pelea de patotas en el colectivo estaba de franco y que “quedó desvanecido” tras la golpiza que le dio una patota. El comisario aclaró que “el agente ni siquiera gatilló porque lo golpearon antes hasta dejarlo tirado”. Consultado por las denuncias intento de violación Pinati negó cualquier tipo de abuso y apremio. "Los policías no manosearon a los detenidos, hay un juzgado que interviene del primer momento. Fueron revisados por el médico a las 8 de la mañana y nuevamente una vez en la división judicial. Me pregunto porqué no denunciaron todo esto en los Tribunales cuando declararon ayer".