Ingenieros de la Universidad de California (UC) en San Diego, Estados Unidos, han desarrollado un biosensor inyectable en miniatura de potencia ultrabaja que podría utilizarse para el control continuo del alcohol a largo plazo. El chip es lo suficientemente pequeño como para ser implantado en el cuerpo justo debajo de la superficie de la piel y es alimentado de forma inalámbrica por un dispositivo portátil, como un reloj inteligente o un parche.

"El objetivo final de este trabajo es desarrollar un dispositivo de control de alcohol y drogas rutinario y discreto para pacientes en programas de tratamiento de abuso de sustancias", explica el director del proyecto, Drew Hall, profesor de Ingeniería Eléctrica en la Escuela de Ingeniería UC. Hall también está afiliado al Centro de Comunicaciones Inalámbricas y al Centro de Sensores Vestibles, ambos en UC San Diego.

Los alcoholímetros, que actualmente son la forma más común de estimar los niveles de alcohol en la sangre, son dispositivos torpes que requieren la iniciación del paciente y no son tan precisos, señala Hall. Un análisis de sangre es el método más preciso, pero debe ser realizado por un técnico capacitado. Los sensores de alcohol que se pueden usar sobre la piel son una nueva alternativa prometedora, pero pueden eliminarse fácilmente y son de un solo uso.

"Un pequeño sensor inyectable, que puede administrarse en una clínica sin cirugía, podría facilitar que los pacientes sigan un curso de monitorización prescrito durante periodos prolongados", dice Hall.

El chip biosensor mide aproximadamente un milímetro cúbico de tamaño y se puede inyectar debajo de la piel en el líquido intersticial, el fluido que rodea las células del cuerpo. Contiene un sensor recubierto con alcohol oxidasa, una enzima que interactúa selectivamente con el alcohol para generar un subproducto que puede detectarse electroquímicamente. Las señales eléctricas se transmiten de forma inalámbrica a un dispositivo portátil próximo, como un reloj inteligente, que también alimenta de forma inalámbrica el chip. Dos sensores adicionales en el chip miden señales de fondo y niveles de pH, pero se cancelan para que la lectura de alcohol sea más precisa. Consume menos energía que la llamada de un móvil

Los investigadores diseñaron el chip para consumir la menor cantidad de energía posible: 970 nanowatts en total, que es aproximadamente un millón de veces menos de la energía que consume un teléfono inteligente al hacer una llamada telefónica.

Fuente: 20minutos