Los interrogantes sobre el triple infanticidio que conmociona a Francia persisten tras el ingreso en prisión preventiva de la madre que confesó haber estrangulado a sus recién nacidos y guardado dos de ellos en el congelador de su casa.

Véronique Courjault, de 38 años, ha pasado su primera noche en la prisión de Tours (centro francés) acusada de asesinato, pero su marido, Jean-Louis, pudo dormir en el domicilio familiar, tras ser procesado por "complicidad en asesinato".

En busca de pistas que ayuden a esclarecer los hechos, investigadores de la policía francesa viajarán lo antes posible a la capital de Corea del Sur, Seúl, donde vivía el matrimonio desde 2002 hasta el pasado verano y donde Jean-Louis alertó a las autoridades tras descubrir en el congelador familiar los cuerpos de dos de los recién nacidos.

"¿Cómo puede una madre matar a tres de sus hijos?", se preguntaba en portada "Le Parisien", en referencia al principal agujero negro de la investigación.

La madre explicó en los interrogatorios que estranguló con sus propias manos a sus dos bebés recién nacidos, en 2002 y 2003 en Seúl, y sorprendió a los investigadores al confesar un nuevo infanticidio del que no tenían constancia, en 1999 en Francia.

Sin embargo, no aclaró por qué no optó por el aborto en ninguno de los casos.

Se limitó a decir que tenía un "sentimiento de poder" cuando estaba encinta y que congeló los cuerpos sin vida de sus dos últimos bebés porque no tuvo el coraje de hacerlos desaparecer, explicó el fiscal de Tours, Philippe Varin.

En Francia, la mujer se había desecho del primer cadáver quemándolo en la chimenea, por lo que los investigadores, que no tienen claro que ese primer infanticidio haya tenido lugar, dudan mucho de poder encontrar rastros tanto tiempo después.

La madre exculpó a su esposo de toda responsabilidad al asegurar que disimuló los tres embarazos llevando ropa más ancha y que actuó sola cuando les dio a luz en su hogar y les mató.

A favor de la inocencia de Jean-Louis juega que fue él quien denunció el hallazgo de los dos bebés en el congelador el pasado julio en Seúl, que pasaba mucho tiempo fuera de casa por sus viajes profesionales y que quedó "estupefacto" y "en estado de shock" por las confesiones de su mujer.

En su contra, el fiscal esgrime para inculparle la "dificultad de admitir" que le pudieran haber pasado desapercibidos los tres embarazos y partos de su mujer y que no hubiera visto durante más de dos años los dos cuerpos en el congelador de cajones, más aún cuando los dos bebés tenían un peso elevado al nacer (3,6 y 3,2 kilos).

No se sabe si estuvo al tanto de las intervenciones quirúrgicas practicadas de urgencia a su mujer en 2003, entre ellas una ablación del útero, que se debían a complicaciones en el parto, como revela el diagnóstico de la clínica coreana.

El fiscal matiza, sin embargo, que "no hay elementos concretos" contra el marido y que se trata de "un análisis intelectual de los hechos", según la emisora "France Info".

Los esposos Courjault, ambos franceses, fueron detenidos cuando las pruebas de ADN demostraron que eran los padres de los dos bebés descubiertos en el congelador de Seúl, un vínculo que habían negado inicialmente.

Los tribunales surcoreanos ya habían acusado al matrimonio de infanticidio.