Pablo Lecuona y Mara Vilar, un matrimonio argentino, fundaron Tiflolibros, la primera biblioteca digital para ciegos de habla hispana.

La idea comenzó a gestarse hace siete años, cuando aparecieron los programas lectores de pantalla. En ese momento se compraron una buena pc y un escáner. Pero para que estos textos estén disponibles en Internet hubo que armar una asociación civil y conseguir permiso de autores y editoriales.

Lecuona le explicó a Clarín como solucionan el tema: "En muchos países, incluido el nuestro, la ley de derechos de autor no contempla los libros para ciegos. Somos los más interesados en cuidar el aspecto legal, porque es lo que nos permite tener Tiflolibros". Desarrollaron entonces un formato protegido: los documentos de texto pueden escucharse, pero no visualizarse, ni imprimirse, ni copiarse.

El futuro usuario de la biblioteca digital debe hacer llegar una copia de su certificado de discapacidad visual. Por e-mail recibirá una contraseña que le permitirá entrar gratis al catálogo on line y elegir entre casi 19 mil títulos. Desde sus casas, unos cien voluntarios de todo el mundo van corrigiéndolos y agregando nuevas obras.

Como un software lector de pantalla cuesta unos 1.500 dólares, la mayoría opta por "bajar" de Internet una demostración gratuita, que ya quedará cargada en su computadora. El único inconveniente es que dura 40 minutos, y para seguir usándola hay que reiniciar la PC.

Para quienes no tienen PC o no se animan a usarla , Tiflolibros también tiene una solución: a pedido, el "audiolibro" se copia en formato MP3 a un CD, que puede escucharse incluso en un discman.