Los bichos más raros del planeta tienen quien les de protección. Se trata de la Sociedad Zoológica de Londres (ZSL, por sus siglas en inglés) que ha lanzado un programa de conservación para especies de animales bizarras, poco comunes y para aquellas que estén en peligro de extinción. Las criaturas, dignas de una película de terror, son muchas, entre ellas, el murciélago de nariz de chancho, el más pequeño del mundo, o el hipopótamo enano.

La Sociedad Zoológica de Londres presentó el proyecto Edge (Evolutionary Distinct and Globally Endangered), siglas en inglés para "distintos por evolución y globalmente en peligro". El programa de protección se centra en animales con una historia evolutiva única que enfrentan un peligro real de llegar a extinguirse o están siendo ignoradas por los planes conservacionistas existentes.

Entre las principales especies protegidas por el plan Edge encontramos el murciélago de nariz de chancho (Craseonycteris thonglongyai), el mamífero de menor tamaño. Se piensa que es el único miembro de la familia Craseonycteris de murciélagos, y se cree que la última vez que compartió un ancestro con otra especie fue hace unos 43 millones de años. Desde que fuera analizado por primera vez en 1974, el bicho fue objeto de la curiosidad de coleccionistas y turistas que desean poder verlo. Su principal amenaza proviene de la quema de la selva que rodea su hábitat natural, en cuevas de piedra caliza en el occidente de Tailandia y el sureste de Brumei.

El Lori Cenceño o esbelto (Loris Tardigradus), hallado en el sur de Sri Lanka, es otro de los animales protegidos. El registro más antiguo de un fósil de Loris data de Mioceno Temprano (unos 20 millones de años atrás). La población de este animal ha decaído debido a la deforestación, por lo que el plan de los conservacionistas es restaurar su hábitat natural y establecer corredores dentro de áreas fragmentadas de la selva en la que vive.

Los científicos identificaron un total de 564 especies que están en riesgo y para comenzar a trabajar se centraron en las primeras cien de la lista. Según los especialistas del proyecto, esperan poder establecer en cinco años planes de acción para todas las especies. El programa será financiado a través de subsidios que se reciban, además de donaciones del público.