La ciudad austrialiana Bundanoon se convirtió hoy en la primera ciudad del mundo en prohibir el agua embotellada. Los negocios sólo se podrán rellenar envases reutilizables.

Los 2.500 habitantes de la ciudad votaron en julio a favor de que las tiendas dejen de vender botellas de agua de un solo uso y a cambio ofrezcan envases rellenables de forma gratuita en grifos colocados en la ciudad.

La localidad turística, a 120 kiómetros al sur de Sydney, mostró su alegría por el cambio con un desfile y una fiesta.

"Nos resulta extremamente alentador que nuestra pequeña ciudad se haya convertido en modelo internacional de una acción de base, como quedó demostrado por gran el interés de los medios de todo el mundo", comentó el dueño de una tienda al diario local Southern Highland News.

Grupos ambientalistas criticaron la enorme cantidad de recursos utilizados para extraer, embotellar y transportar agua embotellada, para que finalmente los envases acaben con frecuencia en un vertedero. El grupo Eco Worldly estima que se requiere 2.000 veces más energía para producir agua embotellada que agua del grifo.

Sin embargo, nadie será echado del pueblo si llega con agua embotellada, señaló el dueño de la tienda Huw Kinston.

La iniciativa surgió cuando la compañía de bebidas Norlex Holdings solicitó bombear agua de un acuífero local para suministrar al mercado de agua embotellada. Entonces, la decisión se dejó en manos de los ciudadanos, con una abrumadora mayoría a favor de la prohibición de su venta y sólo un voto en contra.