La vedette y bailarina Virgina Gallardo se despegó del resto de sus pares y no tuvo problemas en confesar sus cirugías. Lo hizo en momentos en que las miradas se posan sobre los glúteos prominentes de Silvina Luna y las sospechas que despiertan, pese a que la rosarina niega todo.

Gallardo fue muy clara. "Es un alivio haber pasado por el quirófano porque no se necesita hacer gimnasia", comentó la actriz de la obra Cuatro colas y un funeral.

La bailarina apuntó en una entrevista con la revista Paparazzi que en su Corrientes natal se levantaba muy temprano para salir a correr. “También patinaba, iba al gimnasio, tomaba clases de baile; estaba casi las veiticuatro horas dedicada a mí. Era una enferma”, confesó.

La extenuante rutina siguió con su llegada a Buenos Aires pero, luego de la cirugía a la que se sometió, las cosas cambiaron.

"El año pasado fui al gimnasio, pero muy vagamente. Es un alivio terrible. Para los que entrenamos toda la vida, lo peor era la parte de glúteos. Ahora ya queda ahí, firme", aseguró la panelista de Dale la tarde (El Tres)

Para más datos, explicó que la cirugía la tuvo una semana boca abajo y que al principio le costaba sentarse, pero las molestias se fueron.