No estaban de parranda sino en el descanso de media hora reglamentario. No estaba mal estacionada la grúa sino que la "descascarada" línea amarilla era vieja y estaba un metro más allá del área donde está prohibido estacionar.
Esas dos conclusiones básicas hicieron que la Dirección General de Investigaciones Administrativas de la Municipalidad de Rosario desestimara la denuncia por una supuesta irregularidad –que para la repartición no la hubo– de dos agentes de la Dirección de Tránsito que fueron fotografiados adentro de un bar de 3 de Febrero al 300 por un usuario de Rosario3.com, mientras la grúa que tenían a su cargo estaba estacionada enfrente sobre la línea amarilla.
La Dirección General de Investigaciones Administrativas inició de oficio una investigación a partir de la publicación de una nota, el 18 de mayo pasado, que mostraba la situación antes descripta en el espacio de Periodismo Ciudadano de Rosario3.com.
Diego, el usuario que envió la descripción de lo que había visto con la grúa dominio RYJ 107 y las fotos a este medio, no tuvo problemas en testificar en el expediente.
El dictamen de Investigaciones Administrativas deja en claro que en las imágenes se percibe “con toda claridad la tonalidad amarilla del cordón frente al cual se encontraba estacionada la grúa”.
En la declaración que hizo en el marco de la investigación y al ver las fotografías, Carla Alejandra Arnay, una de las agentes involucradas, admitió que “la grúa está delante del cordón amarillo”, pero aseguró: “Cuando la estacionamos lo hicimos correctamente, puede haber pasado que luego la hayan corrido”. El chofer de la grúa, Cristian Hernán Quiasmas, también dijo que había estacionado “correctamente”.
Para terminar de dilucidar la cuestión, se pidió un informe a la Dirección de Señalizaciones no Luminosas de Tránsito, que explicó tras una inspección en el lugar “se observó que el cordón cuenta con rastros de pintura acrílica amarilla extremadamente deteriorada y poco visible en los primeros 20 metros de la cuadra”.
Pero, se aclara luego, una modificación al Código de Tránsito establece que la prohibición para estacionar, salvo que haya parada de taxis señalizada por cartel –no es el caso de esa esquina–, corre solo para los primeros diez metros de la cuadra. El círculo se cerró cuando tras una medición de los veedores de Investigaciones Administrativas se llegó a la conclusión de que la grúa estaba estacionada a once metros de la esquina.
En cuanto a la otra cuestión, que hayan estado tomando un café en un bar, la conclusión es que “fue durante el horario de descanso diagramado por la oficina respectiva de la Dirección General del Tránsito”. Así las cosas, Investigaciones Administrativas sostiene que “ha podido demostrarse que no hubo irregularidad alguna”.
Esas dos conclusiones básicas hicieron que la Dirección General de Investigaciones Administrativas de la Municipalidad de Rosario desestimara la denuncia por una supuesta irregularidad –que para la repartición no la hubo– de dos agentes de la Dirección de Tránsito que fueron fotografiados adentro de un bar de 3 de Febrero al 300 por un usuario de Rosario3.com, mientras la grúa que tenían a su cargo estaba estacionada enfrente sobre la línea amarilla.
La Dirección General de Investigaciones Administrativas inició de oficio una investigación a partir de la publicación de una nota, el 18 de mayo pasado, que mostraba la situación antes descripta en el espacio de Periodismo Ciudadano de Rosario3.com.
Diego, el usuario que envió la descripción de lo que había visto con la grúa dominio RYJ 107 y las fotos a este medio, no tuvo problemas en testificar en el expediente.
El dictamen de Investigaciones Administrativas deja en claro que en las imágenes se percibe “con toda claridad la tonalidad amarilla del cordón frente al cual se encontraba estacionada la grúa”.
En la declaración que hizo en el marco de la investigación y al ver las fotografías, Carla Alejandra Arnay, una de las agentes involucradas, admitió que “la grúa está delante del cordón amarillo”, pero aseguró: “Cuando la estacionamos lo hicimos correctamente, puede haber pasado que luego la hayan corrido”. El chofer de la grúa, Cristian Hernán Quiasmas, también dijo que había estacionado “correctamente”.
Para terminar de dilucidar la cuestión, se pidió un informe a la Dirección de Señalizaciones no Luminosas de Tránsito, que explicó tras una inspección en el lugar “se observó que el cordón cuenta con rastros de pintura acrílica amarilla extremadamente deteriorada y poco visible en los primeros 20 metros de la cuadra”.
Pero, se aclara luego, una modificación al Código de Tránsito establece que la prohibición para estacionar, salvo que haya parada de taxis señalizada por cartel –no es el caso de esa esquina–, corre solo para los primeros diez metros de la cuadra. El círculo se cerró cuando tras una medición de los veedores de Investigaciones Administrativas se llegó a la conclusión de que la grúa estaba estacionada a once metros de la esquina.
En cuanto a la otra cuestión, que hayan estado tomando un café en un bar, la conclusión es que “fue durante el horario de descanso diagramado por la oficina respectiva de la Dirección General del Tránsito”. Así las cosas, Investigaciones Administrativas sostiene que “ha podido demostrarse que no hubo irregularidad alguna”.