El vandalismo encontró un nuevo objetivo: los porteros eléctricos. Al menos eso es lo que pasó esta madrugada en la manzana comprendida por las calles Weelwright, Dorrego, Moreno y Güemes, donde sólo un portero eléctrico se salvo de la hoguera. Sí, el resto amaneció quemado, se supone que por un grupo de jóvenes que rondaba la zona. "Siempre con una sorpresa diferente", lamentó un vecino que le dijo al móvil de Radio 2 que son habituales los hechos vandálicos en la zona. Según contó, un solo portero se salvó aunque los agresores hayan intentado también quemarlo. Pero no pudieron porque es todo de metal. Todos los otros sufrieron daños, incluidos los de edificios recién terminados de construir y aún no estrenados.