Una poeta casi ciega que trabaja en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) diseñó una máquina para ver que permite a las personas con visión limitada ver las caras de sus amigos, leer o estudiar el diseño de los edificios que planean visitar. El original artefacto, cuyo precio de fabricación es 4 mil dólares, se conecta a una computadora personal y utiliza diodos que emiten luz para proteger las imágenes seleccionadas en el ojo de una persona, permitiéndole a los usuarios visualmente discapacitados ver palabras o fotos. "La ventaja de esta clase de exposición es que no hay nada extraño en tu visión periférica que se mete en tu camino", explicó Elizabeth Goldring, creadora de la máquina. El artefacto, denominado "Máquina para ver", funciona en una caja que mide unos 30 por 15 centímetros. El dispositivo no se puede llevar encima y no permitiría que una persona navegue fácilmente a través de un espacio atestado y poco familiar, pero ayuda al usuario a estudiar una imagen a color, tal como palabras impresas, fotos de personas o diseño de habitaciones. Solo funciona con personas que tienen algunas células de la retina vivas y alguien completamente ciego no podría usar el artefacto.