Griselda Navarro, de 42 años, se acostó el 14 de septiembre preocupada porque cada vez se encontraba peor de las náuseas, dolores y malestar general que sufría desde enero. También estaba harta de las pastillas que su médica le había recetado para la menopausia precoz, la alergia o los gases.

A las seis de la mañana del día 15 ya no aguantó más y se dirigió al hospital. Tras hacerle un análisis de orina, los médicos le dieron una noticia que no dejó de sorprenderla: estaba embarazada y de parto.

"Ahora esto da para reírse, pero yo me siento muy burlada. Mi médica no me ha hecho caso y no hacía más que darme pastillas que, gracias a Dios, no le han hecho mal a la niña", explicó  Griselda.

Griselda asegura que en los últimos nueve meses sólo pensó una vez que pudiera estar embarazada. "Fue en mayo, cuando seguían los problemas estomacales y se lo comenté a mi médica. Pero ella no me hizo caso. Tampoco cuando poco después me salió un poco de líquido de los pechos. Decía que yo tenía menopausia precoz y que no podía quedarme en estado", añadió.