La respuesta fue contundente. El Salón Blanco colmado para acompañar al gobernador Antonio Bonfatti y la presencia de los principales dirigentes de la ciudad y la provincia fueron una muestra de la gravedad del atentado al mandatario provincial y también de madurez y compromiso de los mismos políticos que hicieron un alto en las confrontaciones que mantienen en el marco de la campaña electoral.
La conmoción era general. Se respiraba en el aire. Los más cercanos a Bonfatti, por ejemplos sus ministros y secretarios, eran quienes lucían más afectados. Entre ellos su esposa, Silvia Troccoli, que se sentó junto a Hermes Binner, Jorge Obeid, la intendenta Mónica Fein y el senador del departamento San Lorenzo Armando Traferri. Apenas atrás de ellos estaba el senador provincial Miguel Lifschitz y el candidato a diputado del PJ y vicerrector de la UNR, Eduardo Seminara. Concejales había de casi todos los bloques, lo mismo que legisladores nacionales y provinciales.
El gabinete municipal estaba en pleno."Más allá de distintos puntos de vista, la gravedad que tiene esto nos tiene que comprometer a dejar de lado las diferencias para trabajar contra un enemigo común: los violentos", dijo Obeid a la prensa luego del acto.
A su lado, Binner pidió el trabajo conjunto de todos los niveles del Estado para "combatir la violencia con las mejoras armas de la democracia: la seguridad y la Justicia".
En tanto, la intendenta Mónica Fein sostuvo que "esto no fue un amedrentamiento, fue claramente un atentado contra el gobernador" y llamó a estar "más unidos que nunca" en la batalla contra el delito organizado.