Luego de varios cortocircuitos los presidentes llegaron a un documento final en la cumbre de la Unasur en Bariloche. Después de largas discusiones y un impás para salvar el encuentro, los mandatarios alcanzaron una suerte de consenso. Correa pidió una reunión con Obama, Evo Morales solicitó que en el texto se exprese la negativa a la instalación de bases militares de EE.UU. en la región, Cristina y Lula apoyaron la moción de reunirse con el mandatario norteamericano. Y Uribe hizo una férrea defensa de su acuerdo con Washington.

El documento final de la cumbre proclamó "garantizar la integración regional, la paz y la preservación de los recursos naturales" y rechazar "la presencia de grupos armados y del narcotráfico".

Como no hubo una definición sobre el pedido de encuentro con Obama, los presidentes de la región firmaron un documento que prevé que los cancilleres de sus países se reúnan en la primera quincena de septiembre para continuar debatiendo sobre la presencia de tropas de los EEUU en Colombia.

El eje del debate

Álvaro Uribe no se quedó callado. Luego de las críticas de sus pares por el acuerdo con Estados Unidos, el presidente de Colombia se preparó para el contrataque. El mandatario caribeño salió en defensa férrea de la alianza con Norteamerica que permitirá la instalación de bases militares de EE.UU. en Colombia. Además, aseguró que no le “parece llamar a cuenta” al presidente Barack Obama para que hable con Unasur.
La iniciativa que fue propuesta por el mandatario de Ecuador, Rafael Correa, ya cuenta con el aval de los presidentes Lula Da Silva y Cristina Fernández de Kirchner. "Para eso están la OEA y las Naciones Unidades", declaró Uribe en su réplica a las ponencias de los otros presidentes de la región.

A su vez, el mandatario colombiano ratificó que el pacto está cerrado y aseguró que el acuerdo "alcanza la inteligencia técnica y operativa" y no "estratégica". Por lo que consideró que "el único enfoque de Colombia es resolver el problema interno". "Nosotros no tenemos juegos de hipotéticas guerras con vecinos", lanzó Uribe en respuesta a la declaraciones del presidente venezolano Hugo Chávez, quien había alertado sobre los posibles planes de EE.UU. para desestabilizar la región.

Unasur pediría una reunión con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, por las bases militares en Colombia. La iniciativa fue propuesta por el mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, y pese que espera la aprobación del resto de los participantes de la cumbre en Bariloche ya se perfila como una de las conclusiones del encuentro.

El pedido de una reunión con el mandatario estadounidense fue una de los primeros resultados de la reunión de la Unasur en Bariloche en la que es fuertemente cuestionado el plan del mandatario de Colombia, Alvaro Uribe, de instalar en su país bases militares de EE.UU.

Luego de la lectura de un documento donde ese analizó el rol de las fuerzas armadas norteamericanas en América Latina, Correa propuso que se determine si las bases servirán para la lucha contra el narcotráfico o pueden ser eventualmente utilizadas por Estados Unidos con fines militares.

En este sentido, el mandatario ecuatoriano, quien también está a cargo de la presidencia del bloque Unasur, consideró que luego de este análisis del Consejo de Defensa de Unasur, el bloque debería pedir una reunión con el presidente norteamericano, Barack Obama, para solicitarle precisiones al respecto.

Por su parte, Cristina Fernández de Kirchner, la presidenta de la Nación, apoyó la iniciativa de solicitar una reunión con Obama para que la Unasur someta a análisis un documento del Departamento de Defensa norteamericano en el que se establecen las prioridades estratégicas del país. Y señaló que lo peor que podría pasar en este cumbre es "no tener un resultado concreto".

Lo que dijo cada uno

En principio, Uribe defendió el acuerdo argumentando que es "una ayuda práctica y eficaz" en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo. El presidente colombiano mostró documentos en los que se veía la crudeza con la que actúa la guerrilla en su país. "Estados Unidos nos dio una ayuda práctica. Colombia, que ha sufrido inmensamente el flagelo del terrorismo, recibe expresiones de pésames y solidaridad, pero pocas veces la cooperación práctica", afirmó Uribe ante los doce países que forman parte de la Unasur. Al mismo tiempo, el colombiano mostró su inquietud porque en América Latina no se declara a las Farc como terroristas.
Venezuela, Uruguay y Bolivia rechazaron fuertemente la presencia norteamericana en la región. El presidente de Bolivia se refirió al acuerdo de Estados Unidos con Colombia e indicó que se trata de “una presencia política y militar para controlar a los distintos países”.

Desde la cumbre de Unasur que se realiza en Bariloche, Morales indicó: “Estados Unidos no tiene por qué cooperar con la lucha contra el narcotráfico en Bolivia ni en ningún lugar de Latinoamérica”. Y añadió: “Es un mandato sagrado, noble de nuestro pueblo, por la lucha milenaria y por la lucha en tiempos de democracia.
Pensar que con la presencia militar de EE.UU. desde Colombia se va a mejorar la lucha contra el narcotráfico genera dudas. Sólo es una presencia, política, militar para el control a los distintos países”.
En este sentido, Hugo Chávez pidió que se "haga una revisión profunda" de la estrategia militar de los Estados Unidos en la región, y en ese contexto, de "las bases militares en Colombia, que para Venezuela son motivo de alta preocupación, y debería serlo para todos".

Chávez sostuvo que la medida responde a "una estrategia global de dominación de los Estados Unidos en la región" y afirmó que "es la razón de que se estén instalando esas bases en ese país".
Por su parte, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, reclamó que Colombia ofrezca garantías sobre los alcances de la presencia militar de Estados Unidos en ese país. "Respetamos la soberanía de acuerdos entre países, pero queremos resguardarnos, queremos garantías jurídicas", expresó Lula.

Agregó que la pretensión estadounidente en la región "se pasó de los límites" y avanza sobre los países de la región de Colombia, como Venezuela, Ecuador y Brasil, que "comparten una inmensa área, que es la Amazonia".

"Pareciera ser que la Amazonia fuera de los países ricos y que son ellos quienes quieren fijar las políticas allí. Esto no es así, Amazonia es nuestro problema, y las propuestas para la zona deben salir de los países amazónicos", afirmó.

El presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, ratificó que "aboga por que no existan bases militares extranjeras en su país y en ninguna otra nación de América del Sur". Y recordó el rechazo a "la instalación de bases extranjeras británicas en las Islas Malvinas y lo hacemos sin estridencias, pero tratando de actuar con eficacia ante estos problemas".

"Ha llegado la época en que actuemos con mucho dinamismo, eficiencia y fuerza, en salvaguarda de los principios tan caros que permitirán asentar la unión tan necesaria de nuestros países para crear la patria grande que soñaron muchos próceres latinoamericanos", concluyó el presidente del Uruguay.

En tanto, menos radical que los demás mandatarios se mostró el presidente de Perú, Alan García. Aunque pidió precisiones a su par colombiano aseguró no tener una postura definida en la polémica.

La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, panteó la necesidad de "adoptar un tratamiento integral" del tema de la seguridad en América Latina, así como una "mayor cooperación y transparencia" en los acuerdos que se firman con otras naciones.

Bachelet pidió que se "puede discutir un tema por separado, sino tener una mirada comprensiva del resto del conjunto de la agenda de seguridad, y no solo la coyuntura".